

Donald Trump volvió a generar polémica tras lanzar un mensaje desde Truth Social, en el que cuestionó duramente la cantidad de feriados que tiene Estados Unidos.
Según el mandatario, los días no laborables representan un freno económico: "Mantener cerrados todos estos negocios le está costando a nuestro país miles de millones de dólares", expresó.
En total, Estados Unidos cuenta con 11 feriados federales, entre ellos el Día de la Independencia, el Día de Acción de Gracias y Juneteenth, que conmemora el fin de la esclavitud.
Este último fue celebrado en la Casa Blanca desde 2021, aunque en esta ocasión la administración Donald Trump optó por no emitir ninguna proclamación oficial.
La portavoz presidencial Karoline Leavitt reconoció que, aunque se trataba de un día de descanso obligatorio, el personal de la Casa Blanca había trabajado con normalidad.
El presidente, por su parte, no hizo mención especial a la jornada y aseguró que los trabajadores tampoco desean más días libres: "Pronto tendremos un feriado por cada día laborable del año. ¡Esto debe cambiar si queremos que Estados Unidos vuelva a ser grande!".

¿Quién podría seguir a Donald Trump? Países que podrían reducir feriados
Aunque por ahora se trata solo de una propuesta informal, el planteo de Donald Trump podría resonar en otros países que enfrentan debates similares sobre productividad y competitividad.
Reino Unido: con solo 8 feriados nacionales, ya se discutió en varias ocasiones la posibilidad de eliminarlos o compensarlos con horas extra, especialmente en sectores como el transporte y la salud.
Japón: aunque es uno de los países con más días feriados, el gobierno promovió reformas laborales que buscan reducir la cantidad de descansos y aumentar la jornada laboral efectiva.
México: si bien cuenta con menos feriados que muchos países latinoamericanos (7 oficiales), en el sector privado a menudo se presiona para mantener la actividad económica incluso durante días conmemorativos.
Brasil: también fue escenario de propuestas para eliminar o trasladar feriados con el argumento de no frenar la actividad productiva, sobre todo en tiempos de crisis económica.
La postura de Donald Trump reabre un viejo debate entre productividad y descanso.
Mientras algunos ven en los feriados una oportunidad para el descanso mental y la cohesión social, otros -como el presidente- los consideran un obstáculo para el crecimiento económico.
Si su discurso gana fuerza en campaña, podría marcar tendencia en otros gobiernos con agendas más orientadas hacia el mercado.














