

Se completó la primera semana de la guerra entre Israel e Irán y hay dos cosas claras: la primera, ninguno quiere ceder, y la segunda, el mundo está a la expectativa de qué rol definido tomarán las grandes potencias como Estados Unidos y China.
Hasta la fecha, Estados Unidos ha tratado de mantenerse distante, sin intervención militar y haciendo llamado al diálogo, sin dejar de lado las amenazas y advertencias contra Irán. Acá ya tenemos un Israel bajo el apadrinamiento de Estados Unidos, la potencia bélica más poderosa del mundo, y por otro lado, está China, que, al igual que el país del norte, mantiene una postura alejada, pero, mostrando un apoyo y empatía con Irán.

Estas posiciones de ambos países, Estados Unidos a favor de Israel y China a favor de Irán, quedaron claras luego de que cada país diera sus opciones ante la guerra de Medio Oriente entre Israel e Irán.
¿Qué dice China sobre la guerra de Israel e Irán?
Esta semana, la agencia de noticias Deutsche Welle, DW, dio a conocer que el Ministerio de Exteriores de China, Guo Jiakun, repudió las amenazas de Donald Trump, dejando en claro su intención de intervenir y acabar con el líder supremo iraní, Ali Jameneí.
Desde Pekín, creen que estas declaraciones lo único que provocan es la "intensificación y ampliación del conflicto", acusando al presidente de Estados Unidos de "echar leña al fuego".
"Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado 'Líder Supremo'. Es un blanco fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora", había dicho Donald Trump en el cuarto día de conflicto.
El gigante asiático y el rol que quiere ocupar en la guerra del medio Oriente
China mantiene una postura prudente ante el conflicto entre Irán e Israel, enfocándose en llamados al diálogo más que en acciones directas. Según William Figueroa, experto de la Universidad de Groninga, entrevistado por Deutsche Welle, DW, "China tiende a centrarse en dos aspectos: en primer lugar, culpa en gran medida a Israel y, en segundo, hace un llamamiento constante al diálogo, la negociación y la desescalada".
Figueroa subraya que Pekín "no cree que este sea un ámbito en el que pueda ejercer influencia", ya que carece de herramientas militares y diplomáticas comparables a las de otras potencias. A diferencia del acuerdo que facilitó entre Arabia Saudí e Irán, el conflicto actual representa "un costo muy alto y un beneficio potencial muy bajo", señala.

En cuanto a su relación con Irán, pese a ser su mayor socio comercial, China quiere evitar "militarizar sus relaciones económicas" y no busca presionar a Teherán por su programa nuclear civil. De hecho, Figueroa aclara que "Pekín cree que Irán tiene derecho a la energía nuclear civil". Ante un posible vacío de poder, China adoptaría una postura de espera, trabajando con la futura autoridad estable.















