

La vida contemporánea se caracteriza por su ritmo acelerado. Esta dinámica, junto con el creciente acceso a contenidos multimedia a través de Internet, generó un fenómeno inédito.
El speedwathching consiste en visualizar contenidos audiovisuales a velocidades más rápidasde lo común, con el objetivo de maximizar la absorción de información en el menor tiempo posible.
A pesar de que es un hábito común en jóvenes y adultos, su práctica regular puede tener efectos negativos en la salud.

Un fenómeno que crece cada vez más
La práctica denominada speedwatching ha experimentado un aumento significativo por el crecimiento de las plataformas de streaming, que permiten aumentar la velocidad de reproducción de sus contenidos.
En la mayoría de los casos, este hábito está asociado con la falta de tiempo y la gratificación que se obtiene al completar una tarea pendiente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta práctica conlleva diversos riesgos:
Impacto en la comprensión y retención de la información
Consumir contenido a velocidades elevadas puede incidir negativamente en la comprensión y retención de la información. Esto se debe a que el cerebro encuentra mayores dificultades para procesar los estímulos cuando se acelera el ritmo.
Falta de atención
La velocidad puede dar lugar a una disminución de la atención. Cuando nuestra mente se adapta a cierta rapidez, afecta nuestra capacidad de atención, especialmente en actividades que demandan paciencia.

Un riesgo para la salud mental
Además de los impactos previamente mencionados, el speedwatching también podría ocasionar otros efectos adversos, como ansiedad y estrés.
La rapidez con la que se consume el contenido puede generar una sensación de presión para consumir más, fomentando una mentalidad de acumulación de material.
De esta manera, si la mente se encuentra en un estado constante deestimulación y demanda, podrían manifestarse síntomas vinculados al estrés y la ansiedad.















