

Durante mucho tiempo se creyó que las separaciones ocurrían por crisis repentinas o hechos puntuales. Sin embargo, nuevas investigaciones muestran que el final de una relación suele gestarse de manera silenciosa y prolongada.
Lejos de discusiones aisladas o eventos traumáticos, el deterioro emocional en las parejas sigue patrones medibles que pueden observarse incluso años antes de una ruptura definitiva, según datos analizados en distintos países.

Entonces, sí existe un momento identificable en el que una relación queda prácticamente condenada.
De acuerdo con la psicóloga Janina Bühler, de la Universidad de Maguncia, “la fase final de una relación no surge de la nada”, sino que comienza con “un descenso gradual de la satisfacción”, seguido por “un punto de transición crítico uno o dos años antes de la separación”, tras el cual el deterioro es acelerado e inevitable. Según explicó, “una vez alcanzada esta fase, la separación ocurre sin excepción”.
El punto de inflexión que muchas parejas no ven
El estudio, publicado en el Journal of Personality and Social Psychology y difundido por la agencia de noticias, DW, analizó datos de más de 11.000 personas durante periodos de hasta 21 años. Los resultados muestran que la satisfacción en las parejas que terminan cae lentamente durante años, hasta llegar a un quiebre decisivo.
Ese punto de inflexión marca un antes y un después: tras alcanzarlo, las parejas se separaron entre siete y 28 meses más tarde. Para quienes están de novios o planean casarse, el hallazgo es clave, ya que permite entender que el verdadero riesgo no siempre es una crisis visible, sino un desgaste sostenido no atendido, evitando, por qué no, un casamiento que terminará en divorcio.

Por qué actuar antes puede salvar la relación
Otro dato relevante es que ambos miembros de la pareja no viven este proceso del mismo modo.
Quien inicia la ruptura suele estar insatisfecho desde mucho antes, mientras que quien la recibe experimenta una caída abrupta de satisfacción poco tiempo antes del final.
Según Bühler, muchas parejas buscan terapia recién en el punto de inflexión, cuando “generalmente ya es demasiado tarde”. Por eso, la especialista aconseja a quienes están construyendo un proyecto en común “ser conscientes de estos patrones” y actuar en la fase previa. Detectar y trabajar el desgaste temprano puede ser, según la investigación, la diferencia entre una separación anunciada y una relación que logra sostenerse en el tiempo.














