En Alemania la justicia aprobó una medida que podría revolucionar a la industria automotriz y las políticas de transporte: con el propósito de combatir la contaminación medioambiental, consideró legal la prohibición de circulación de vehículos diésel en las ciudades.
Las ciudades, para garantizar que se respeten los límites de contaminación atmosférica, las ciudades pueden tomar esa medida sin esperar a una ley nacional o a un posicionamiento del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, dispuso el Tribunal Superior de lo Contencioso-administrativo en dos sentencias sobre los casos de Stuttgart y Düsseldorf.
El fallo, que podría afectar hasta a vehículos diésel con el estándar comunitario "Euro 5", comprados hace pocos años, subraya que las medidas que se tomen deben ser en todo caso "proporcionadas".
La sentencia aplaudida por los ecologistas tiene gran repercusión en Alemania porque afecta a ciudades, estados federados, Estado federal, particulares y empresas que utilizan vehículos diésel. Además vuelve a instalar en primera plana al sector automotor que tendría que enfrontar nuevas demandas para modificar los motores diésel, tras el escándalo del fraude en las emisiones de CO2.
La canciller alemana, Angela Merkel, señaló que de la sentencia no se derivan "en ningún caso" repercusiones para "toda la superficie del país o todos los propietarios de vehículos".Según la Oficina Federal para el Medioambiente, 70 ciudades alemanas superaron en 2017 el tope de emisiones fijado por la normativa europea.
La decisión también impacta en el exterior; la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, prohibirá la circulación de autos diésel en el centro a partir de 2024, y su homóloga madrileña, Manuela Carmena, lo dispuso para la capital española desde 2020.