La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, canceló esta mañana su participación en la cumbre de Chile para regresar a su país y acompañar a los familiares de las víctimas de la tragedia desatada por un voraz incendio en una discoteca de Santa María, cerca de Porto Alegre, que dejó al menos 245 muertos y 200 heridos.
"Quien necesita de mí en este momento es el pueblo brasileño. Le pedí a todos los ministros ayudar en todo lo que puedan y trasladarse allá, y yo también estaré allá", aseguró la mandataria en declaraciones que brindó a medios de comunicación en Santiago de Chile.
Rousseff, quien no ocultó sus lágrimas por lo ocurrido, aseguró que ofrecerá todos los recursos necesarios a disposición de la población de Santa María, ciudad en el interior del estado de Río Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay.
"En este momento de tristeza estamos juntos y, aunque manteniendo la tristeza, vamos a superarlo", agregó conmovida.
La mandataria llegará esta tarde a la zona del siniestro para acompañar a los familiares de las víctimas del incendio en la discoteca Kiss.