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Con la llegada de diciembre y el inicio del verano, el jardín argentino se prepara para su momento de máximo esplendor. Es la época ideal para sembrar especies que no solo llenarán de color cada rincón, sino que también atraerán mariposas, abejas y otros polinizadores esenciales para el ecosistema.
Si estás buscando plantas resistentes al calor, de bajo mantenimiento y con floración prolongada, estas tres especies no pueden faltar en tu lista: copetes (tagetes), lantanas y budleyas. Todas comparten una característica especial: su capacidad para transformar el jardín en un refugio natural repleto de vida y movimiento.
1. Copetes o Tagetes
Los copetes, conocidos científicamente como Tagetes patula o Tagetes erecta, son uno de los clásicos más queridos de la jardinería argentina. Sus flores en tonos naranjas, amarillos, rojos y cobrizos se destacan a simple vista y funcionan como un verdadero imán para mariposas, abejas y otros insectos polinizadores.
Originarios de México, estos claveles de jardín son plantas anuales que florecen desde la primavera hasta el otoño, y en climas con inviernos moderados pueden seguir floreciendo incluso más tiempo. En Argentina, diciembre es un excelente momento para sembrarlos, ya que las temperaturas cálidas favorecen su germinación rápida: las semillas brotan entre 5 y 10 días.

¿Dónde plantarlos?
Los tagetes necesitan pleno sol para desarrollarse correctamente. Si están sometidos a baja luminosidad, las plantas se alargan más, florecen menos y los colores de las flores pierden intensidad. Prefieren suelos bien drenados y fértiles, aunque se adaptan a distintos tipos de tierra.
Cuidados básicos:
- Riego moderado: incluso en los períodos más calurosos, evitá los encharcamientos de agua. Es aconsejable regar por la mañana temprano, con agua no excesivamente fría.
- Fertilización: aunque crecen bien en suelos pobres, un abono equilibrado favorece el desarrollo y la floración.
- Mantenimiento: retirar las flores secas estimula que sigan floreciendo. Tardan unos 45 días en florecer después de sembrar.
Los copetes son ideales para borduras, macetas, canteros y también como planta compañera en la huerta. Sus raíces contienen sustancias que ayudan a controlar nematodos del suelo, y el aroma de sus flores repele plagas como la mosca blanca, el pulgón y las hormigas. Por esta razón, muchos horticultores los plantan asociados a tomates, berenjenas y papas.

Según la variedad, pueden alcanzar entre 20-30 cm (enanos) hasta 60-80 cm (erectos). ¿Época de siembra? Desde finales de invierno (agosto) hasta diciembre. En diciembre, podés hacer siembra directa cuando ya no hay riesgo de heladas, o en almácigos protegidos.
2. Lantana
La lantana (Lantana camara) es famosa por sus racimos de flores multicolores que cambian de tonalidad a medida que maduran, pasando del amarillo al naranja, rojo, rosa y púrpura. Este fenómeno crea un espectáculo visual único que perdura desde la primavera hasta el otoño, y en climas cálidos puede florecer todo el año.
Esta planta arbustiva perenne, originaria de regiones tropicales de América, es nativa de Argentina (19 especies del género Lantana habitan el país) y se ha adaptado perfectamente a climas templados y cálidos. Su capacidad para soportar el calor intenso, la sequía una vez establecida y su mínimo requerimiento de cuidados la convierten en una favorita para jardines de bajo mantenimiento.

¿Dónde plantarla?
La lantana necesita mucho sol directo, al menos 6 a 8 horas diarias. Prefiere suelos ligeramente ácidos, bien drenados y ricos en materia orgánica. Se adapta tanto a macetas grandes como a jardines abiertos, donde puede alcanzar entre 50 cm y 2 metros de altura.
Cuidados básicos:
- Riego moderado: dos veces a la semana durante el verano, permitiendo que el sustrato se seque entre riegos. Si ha llovido, evitá regar. Es importante que no acumule mucha humedad porque su raíz puede sufrir podredumbre.
- Poda: una poda ligera después de la floración ayuda a mantenerla compacta y llena de flores. La mejor época es en primavera.
- Fertilización: aunque se desarrolla en suelos pobres, la aplicación de abonos equilibrados cada 4 a 6 semanas durante primavera y verano favorece una floración más abundante.

La lantana es considerada una de las plantas más efectivas para atraer mariposas. Investigaciones científicas realizadas en poblaciones del Río de la Plata identificaron que especies como la mariposa Espejitos (Agraulis vanillae maculosa), Almendra (Dryas iullia alcionea) y otras del género Cymaenes visitan activamente sus flores. También atrae colibríes, abejas y otros polinizadores gracias al néctar abundante y perfumado de sus flores.
Todas las partes de la lantana contienen alcaloides que pueden resultar tóxicos si se ingieren, especialmente los frutos inmaduros. Es aconsejable evitar que niños pequeños o animales domésticos la consuman. Los síntomas más habituales por ingestión incluyen vómitos, diarrea y molestias abdominales.
3. Budleya
La budleya (Buddleja davidii), también conocida como arbusto de las mariposas o lilo de verano, recibe su nombre popular por una razón muy específica: cuando florece, las mariposas se posan en tal cantidad que literalmente pueden ocultar las flores. Sus racimos de flores dulces y perfumadas, en tonos que van del blanco al violeta, azul y rosa, son irresistibles para estos insectos.
Originaria de China y Japón, esta especie de crecimiento rápido y vigoroso puede alcanzar entre 2 y 3,5 metros de altura. Es un arbusto de hoja caduca o semicaduca (según el clima): en zonas con inviernos suaves puede conservar el follaje, mientras que en regiones más frías lo pierde completamente.

En Argentina también crece una especie nativa, la Buddleja globosa, endémica de las provincias de Chubut, Mendoza, Neuquén y Río Negro, además del sur de Chile. Esta variedad presenta flores amarillas agrupadas en esferas, a diferencia de los racimos alargados de la Buddleja davidii.
¿Dónde plantarla?
La budleya requiere pleno sol y suelos fértiles, ligeros y bien drenados. Aunque aguanta suelos calizos, prefiere aquellos ricos en humus. Resiste el frío sin dificultad, pero no tolera la sequía prolongada.
Cuidados básicos:
- Riego: frecuente y abundante, principalmente durante el verano. Mantené la tierra húmeda pero nunca encharcada.
- Poda anual: es muy importante. A principios de primavera (antes de que comience el nuevo crecimiento), cortá los tallos del último año a unos 5 cm de la madera vieja. Esta poda drástica estimula el crecimiento de nuevos brotes que florecerán en sus extremos y mejora el tamaño de las flores.
- Fertilización: aplicá fertilizante equilibrado durante la temporada de crecimiento, cada dos semanas.
- Eliminación de flores marchitas: retirá las flores que se vayan deteriorando para alargar el período de floración.
Podés reproducir la budleya por semillas (sembrándolas en invernadero a principios de primavera) o por esquejes de madera suave en verano y otoño. También responde bien al acodo a finales de primavera o principios de verano.

Durante la estación cálida pueden atacarla pulgones y araña roja. También puede afectarle un virus que causa moteados y deformaciones en las hojas; en ese caso, eliminá las partes afectadas.
Consejos clave para un jardín lleno de mariposas
Si querés que tu jardín se convierta en un verdadero santuario de mariposas este verano, tené en cuenta estos tips adicionales:
1. Combiná alturas y texturas
Mezclá plantas bajas (copetes enanos), medias (lantanas) y altas (budleyas) para darle profundidad y movimiento visual al jardín. Esta estratificación también beneficia a diferentes especies de mariposas que prefieren distintas alturas de vuelo.
2. Evitá químicos
Las mariposas son extremadamente sensibles a pesticidas y herbicidas. Usá siempre fertilizantes naturales como compost, humus de lombriz o incluso arroz crudo (que aporta almidón y nutrientes). Para el control de plagas, optá por métodos biológicos como la asociación de plantas, trampas cromáticas o insectos benéficos.
3. Mantené el riego constante
Aunque estas especies son resistentes a la sequía una vez establecidas, durante el período de crecimiento y floración es importante mantener la tierra húmeda, sobre todo en macetas donde el sustrato se seca más rápido. Regá temprano en la mañana o al atardecer para minimizar la evaporación.
4. Apostá a la paleta de colores adecuada
Las mariposas sienten especial atracción por flores en tonos lilas, violetas, rosas, amarillos y naranjas. Al combinar copetes (amarillos y naranjas), lantanas (multicolores) y budleyas (violetas y lilas), creás un jardín irresistible para estos polinizadores.
5. Dejá algunas zonas “salvajes”
No cortes todo el césped ni elimines todas las malezas. Algunas mariposas necesitan plantas hospederas específicas donde depositar sus huevos. Por ejemplo, las orugas de mariposa Monarca se alimentan exclusivamente de asclepias (plantas del algodoncillo).
6. Proporcioná agua
Colocá platitos poco profundos con agua y piedritas o arena para que las mariposas puedan posarse a beber. Necesitan hidratarse, especialmente en días calurosos.
El momento ideal para plantar
Diciembre en Argentina es el mes perfecto para estas tres especies:
- Copetes: podés sembrarlos directamente en tierra o en almácigos. Germinan rápido y estarán floreciendo antes de fines de enero.
- Lantanas: aunque se pueden reproducir por semillas (en primavera), lo más común es comprar plantines ya desarrollados y trasplantarlos ahora que el calor favorece su establecimiento.
- Budleyas: si bien las semillas se siembran idealmente a principios de primavera, en diciembre podés plantar ejemplares en maceta o hacer esquejes de madera suave que enraizarán durante el verano.
Más allá de su belleza ornamental, estas tres plantas cumplen un rol ecológico fundamental. Las mariposas no solo aportan color y movimiento al jardín: son polinizadores esenciales que contribuyen a la reproducción de plantas silvestres y cultivos. También forman parte de la cadena alimentaria, siendo alimento para aves, murciélagos y otros insectos beneficiosos.















