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Aunque respirar por la boca parece una acción inofensiva, incluso necesaria en la época de resfríos, este puede volverse un hábito crónico que afecta la estética y el rendimiento.

Esta es una señal de alerta que indica la necesidad de cambiar esta acción, evitando complicaciones físicas, cognitivas y emocionales.

¿Por qué se respira por la boca?

La respiración bucal suele ser una respuesta a una obstrucción nasal persistente, alergias, desviación del tabique, amígdalas o adenoides agrandadas.

Aunque puede parecer una condición temporal, cuando se mantiene en el tiempo, el cuerpo se adapta de forma perjudicial a este tipo de respiración y la termina repitiendo.

Las consecuencias de respirar por boca

Alteraciones en el desarrollo facial

  • Cara alargada, mandíbula retraída, paladar estrecho.
  • Cambios en la postura de la lengua que afectan el crecimiento óseo.

Problemas dentales y orales

  • Mordida abierta o cruzada, caries, encías inflamadas y mal aliento.
  • Sequedad bucal que favorece infecciones.

Trastornos del sueño

  • Apnea del sueño, ronquidos, sueño no reparador.
  • Fatiga crónica, irritabilidad y bajo rendimiento escolar o laboral.

Dificultades cognitivas y emocionales

  • Problemas de concentración, síntomas similares al TDAH, ansiedad.

Alteraciones posturales

  • Cambios en la posición de cabeza, cuello y hombros.

Problemas auditivos y del habla

  • Otitis recurrentes, voz nasal, dificultades de pronunciación.

Cómo revertir la respiración por boca

  • Otorrinolaringólogo: trata obstrucciones nasales, adenoides o amígdalas.
  • Ortodoncista: corrige malformaciones dentales y óseas.
  • Fonoaudiólogo: reeduca la respiración y la postura lingual.
  • Odontólogo integral: previene y trata las consecuencias orales.