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Desde el año 2000, está completamente prohibido fumar en vuelos comerciales, tanto nacionales como internacionales. Sin embargo, si alguna vez prestaste atención al ingresar a un baño de avión, es probable que hayas notado algo curioso: aún hay ceniceros instalados.
La presencia de estos elementos no es un descuido ni una reliquia sin sentido, sino una exigencia de seguridad internacional.
De acuerdo con las regulaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA), todos los aviones en circulación deben tener ceniceros operativos, especialmente en las puertas de los baños, incluso cuando fumar a bordo está penado por la ley.
La lógica es clara: si un pasajero desobedece la norma y enciende un cigarrillo, es preferible que pueda apagarlo de forma seguraen un cenicero diseñado para contener fuego, en lugar de hacerlo en un tacho de basura con residuos inflamables.
¿Qué pasa si alguien fuma en un avión?
Fumar en pleno vuelo no solo está prohibido, sino que se considera una falta grave. Las aerolíneas reforzaron los controles y, en algunos casos, los infractores pueden enfrentar multas que superan los 37.000 dólares, además de la posibilidad de quedar registrados en listas negras de pasajeros.
A pesar de la severidad de las sanciones, las estadísticas demuestran que todavía hay personas queintentan fumar a bordo, especialmente en los baños. Por eso, las autoridades insisten en que los ceniceros siguen siendo un elemento de seguridad obligatorio en todos los modelos de aeronaves, antiguos o nuevos.
Cómo se llegó a prohibir fumar en los vuelos
La historia de esta normativa comenzó en la década de 1970, cuando se implementaron las primeras zonas para fumadores y no fumadores dentro de los aviones.
Sin embargo, fue recién en 1988 cuando Estados Unidos dio el primer paso firme, con una ley que prohibió fumar en vuelos domésticos de menos de dos horas, impulsada por el entonces presidente Ronald Reagan.
En 1990, bajo el mandato de George H. W. Bush, se amplió la restricción a vuelos de hasta seis horas. Finalmente, en el año 2000, durante la presidencia de Bill Clinton, la medida se extendió a todos los vuelos que despegaran o aterrizaran en territorio estadounidense. Esta normativa fue adoptada progresivamente por la mayoría de los países y aerolíneas del mundo.
Seguridad ante todo: el motivo detrás de una paradoja
Aunque pueda parecer contradictorio que en un lugar donde está prohibido fumar existan ceniceros, esta es una medida preventiva respaldada por estándares internacionales de aviación.
Su presencia reduce el riesgo en caso de que un pasajero, ignorando la normativa, decida fumar. En definitiva, los ceniceros no son una invitación, sino un recurso de emergencia. Y aunque fumar ya no forma parte de la experiencia de volar, la seguridad sigue estando primero, incluso en los detalles más inesperados.