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El agua permite que las plantas absorban nutrientes y crezcan fuertes. Aunque regar parece fácil, hacerlo mal puede causar daños. Factores como el clima, el tipo de suelo, la estación y la ubicación influyen en la cantidad y frecuencia de riego.

Errores comunes que arruinan las plantas

  • Ignorar el tipo de suelo y elegir plantas que no se adaptan.
  • Ahorrar en sustrato: invertir en tierra de calidad y agregar compost es más importante que comprar plantas caras.
  • Dejar los canteros sin cobertura: usar mulch (chips de corteza, viruta o pasto seco) ayuda a retener humedad y evita malezas.
  • No quitar malezas: compiten por agua y nutrientes y pueden traer plagas.
  • Hacer riegos cortos y frecuentes: generan raíces superficiales. Es mejor riegos largos y profundos una vez por semana.

¿Cuándo regar según la estación?

  • Verano: regar al final del día para evitar evaporación rápida.
  • Primavera y otoño: hacerlo temprano por la mañana.
  • Invierno: reducir la frecuencia, pero mantener la humedad en días secos.

Consejos prácticos para un riego eficiente

  • Regar la zona de las raíces, no el follaje.
  • Las plantas recién plantadas necesitan más agua que las adultas.
  • Árboles y arbustos se vuelven más autónomos después de dos o tres años.
  • En macetas, usar recipientes grandes y mezclas con turba y compost. Si están al sol, regar todos los días en verano y día por medio en primavera.
  • En sequía, dejar el césped más alto para conservar humedad.

Información extra para mejorar tu jardín

  • Ienstala riego por goteo: ahorra agua y mantiene la humedad constante.
  • Usa agua de lluvia: recolectarla en barriles es una opción sostenible y económica.
Estos errores muy comunes de riego podrían estar matando a tu planta: cómo cuidarla para que crezca sana Fuente: Shutterstock
Estos errores muy comunes de riego podrían estar matando a tu planta: cómo cuidarla para que crezca sana Fuente: Shutterstock
  • Evita exceso de agua: puede pudrir raíces y atraer hongos.
  • Agrupa plantas según sus necesidades: así optimizas el riego y evitas desperdicio.
  • Controla la humedad del suelo: introduce el dedo en la tierra; si está seca a 3 cm, es momento de regar.