

La pandemia y la experiencia de pasar las 24 del día dentro de la casa hicieron que muchos se dieran cuenta de lo rápido que un pequeño desorden puede transformarse en un caos total. Un vaso fuera de lugar, una botella de agua a medio llenar, un abrigo sin guardar. Todo contribuye a generar una sensación de dejadez y suciedad.
Sin embargo, con poco esfuerzo se puede conseguir mantener el orden y dar una sensación de mayor limpieza en el hogar. Se trata de la regla de los dos minutos, un nuevo método de limpieza que cada vez gana más adeptos porque permite realizar tareas simples y cotidianas y eliminarlas de la limpieza general.
Son cosas muy sencillas que casi no llevan tiempo y que, a cambio, permiten no elevar el estrés por mantener la limpieza.
La regla de los 2 minutos
La regla de los dos minutos establece que si una tarea lleva menos de dos minutos hacerla, no hay que dejarla para luego, sino que lo mejor es realizarla y olvidarse de ella. Es una regla de limpieza que se puede extender a toda la familia, en función de las posibilidades de cada uno de sus miembros, y que se adapta pronto y fácilmente a cualquier estilo de vida.
Algunos ejemplos de tareas de limpieza que puedes hacer siguiendo esta regla de los dos minutos son los siguientes:
- Lavar un plato (eso te permitirá no acumular vajilla sucia en la pileta de la cocina)
- Poner la ropa del gimnasio en el lavarropas apenas se llega a la casa (así estará lista para cuando se necesite y no se amontonará en el canasto)
- Levantar las cosas de la mesa ratona (se evitarán montañas de papeles que, antes o después, irán a la basura)
- Colgar la ropa una vez usada (en vez de dejarla sobre una silla para que se arrugue)
- Despejar el hall de entrada (se evitarán las montañas de cartas sin abrir)













