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Elpapa León XIV desató una ola de repercusiones en el Vaticano al romper con una antigua tradición que, si bien sorprendió a buena parte del clero, también fue celebrada por muchos fieles por su fuerte carga simbólica.

La decisión del ex cardenal Robert Prevost no fue bien recibida por algunos sectores conservadores, pero desde el entorno eclesiástico recordaron que se trató de un gesto similar al de sus predecesores San Juan Pablo II y el papa Francisco.

Según Vatican News, esta práctica fue impulsada originalmente por Juan Pablo II y recuperada brevemente por Francisco como señal de cercanía con la gente. A su vez, Catholic News Agency (CNA) explicó que, aunque el solideo es un símbolo sagrado reservado al clero de alto rango, su intercambio con fieles tiene una larga historia de afecto y apertura pastoral.

¿Qué tradición rompió el papa León XIV?

El líder de la Iglesia católica generó revuelo durante una audiencia con la Fundación Nacional Italoamericana, donde, en un acto inusual, se quitó el solideo para colocarse una gorra con el logo de la organización invitada.

El solideo es un pequeño casquete blanco de seda que simboliza respeto y consagración a Dios. Por eso, que el pontífice decidiera reemplazarlo momentáneamente despertó reparos en algunos sectores del clero más tradicionalista.

Un gesto con historia: el intercambio del solideo

Pese a las críticas iniciales, desde el entorno del papa explicaron que no se trató de una ruptura total con la tradición, sino más bien de una recuperación de un antiguo gesto que algunos fieles aún recuerdan: el intercambio de solideos.

Esta costumbre, que tuvo sus raíces en el pontificado de Juan Pablo II, consistía en aceptar un solideo nuevo de parte de los fieles a cambio del propio. Francisco también replicó ese gesto en contadas ocasiones. Durante las audiencias, es habitual que algunas personas lleven un solideo con la esperanza de que el papa lo intercambie por el suyo, si coincide el tamaño.

¿Qué ocurrió durante el encuentro?

En esta ocasión, aunque no se concretó un intercambio tradicional, León XIV mostró cercanía y apertura al colocarse la gorra de la organización, lo que fue interpretado por muchos como un guiño amable hacia los presentes.

El pontífice estadounidense sigue así la línea de gestos de sus antecesores en la Santa Sede, combinando la tradición con nuevas formas de comunicación.