

El cáncer de estómago, también conocido como cáncer gástrico, es una enfermedad en la que las células del estómago crecen de manera descontrolada, formando tumores.
En sus etapas iniciales, el cáncer de estómago a menudo no produce síntomas específicos, o los que aparecen son tan comunes que pueden confundirse fácilmente con afecciones menos graves como la indigestión o la acidez. Esta particularidad puede dificultar su detección temprana.
Cuando los síntomas se presentan con intensidad y no de manera aislada, suelen ser indicativos de una enfermedad más avanzada. Por esta razón, es fundamental prestar atención a las señales que el cuerpo envía y, ante la persistencia o agravamiento de cualquiera de ellas, consultar a un profesional de la salud.
La detección temprana es clave para un mejor pronóstico y opciones de tratamiento.

Los 12 síntomas que pueden asociarse al cáncer de estómago
Dificultad para tragar (disfagia): Sensación de que la comida se atasca al pasar por el esófago o dificultad para que baje al estómago. Este síntoma puede indicar que el tumor está afectando la parte superior del estómago o el esófago.
Dolor abdominal: Malestar o dolor persistente en la zona superior del abdomen. Puede ser leve al principio y empeorar con el tiempo, especialmente después de las comidas.
Sensación de hinchazón abdominal después de comer: Una plenitud o distensión abdominal incómoda, incluso después de ingerir una pequeña cantidad de alimentos. Esto se debe a que el tumor puede dificultar el vaciamiento normal del estómago.
Sensación de saciedad precoz: Sentirse lleno muy rápidamente, después de haber comido solo una porción pequeña de comida. Esto también puede ser un indicio de que el estómago está afectado y su capacidad se ha reducido.
Pérdida de apetito: Una disminución notable en el deseo de comer, que puede llevar a una ingesta reducida de alimentos.
Acidez estomacal o indigestión persistente: Ardor en el pecho o malestar estomacal que no mejora con el tiempo ni con tratamientos comunes para la acidez. Aunque la acidez es muy común, su persistencia y severidad inusuales justifican una evaluación.
Náuseas y vómitos: Náuseas frecuentes, con o sin vómitos. En etapas más avanzadas, los vómitos pueden contener sangre (hematemesis), que puede verse fresca y roja, o con apariencia de "posos de café".
Pérdida de peso inexplicada: Una disminución significativa del peso corporal sin haber realizado cambios en la dieta o el nivel de actividad física. Este es un síntoma de alarma común en varios tipos de cáncer.
Fatiga y debilidad: Sensación de cansancio extremo que no mejora con el descanso. Esto puede ser un resultado de la propia enfermedad o de la anemia causada por la pérdida de sangre en el tracto digestivo.
Heces oscuras o con sangre (melena): La presencia de sangre digerida en las heces les da una coloración negra y alquitranada, con un olor muy fuerte. Esto indica sangrado en la parte superior del tracto gastrointestinal.
Anemia: Los análisis de sangre pueden revelar bajos niveles de glóbulos rojos (anemia), a menudo debido a la pérdida crónica de sangre en el estómago, que puede pasar desapercibida.
Ictericia (color amarillento de la piel y los ojos): Si el cáncer se ha diseminado al hígado, puede afectar su funcionamiento, causando que la piel y la parte blanca de los ojos adquieran un tono amarillento. También puede presentarse acumulación de líquido en el abdomen (ascitis).
¿Qué hacer ante la presencia de estos síntomas?
Es fundamental reiterar que la aparición de uno o varios de estos síntomas no es un diagnóstico de cáncer de estómago. Muchas otras condiciones, algunas de ellas benignas y tratables, pueden causarlos.
Sin embargo, la persistencia, el agravamiento o la aparición conjunta de varios de estos signos son motivos suficientes para consultar de inmediato a un médico. Un profesional de la salud realizará una evaluación exhaustiva, que puede incluir:
Historia clínica detallada: Preguntas sobre los síntomas, antecedentes médicos y familiares.
Examen físico: Para buscar signos de la enfermedad.
Análisis de sangre: Para detectar anemia u otras anomalías.
Endoscopia digestiva alta: Un procedimiento donde se introduce un tubo delgado y flexible con una cámara por la garganta para visualizar el revestimiento del esófago, estómago y duodeno. Si se encuentran áreas sospechosas, se puede tomar una biopsia (muestra de tejido) para su análisis.
Estudios por imágenes: Como tomografías computarizadas (TC) o PET/CT, para evaluar la extensión de la enfermedad si se sospecha cáncer.
La automedicación o la demora en buscar atención médica pueden retrasar un diagnóstico preciso y, en caso de ser cáncer, un tratamiento oportuno. La información disponible es una guía, pero el diagnóstico y manejo de cualquier condición de salud siempre deben estar en manos de profesionales.
La prevención, los controles de rutina y la atención temprana a las señales del cuerpo son los mejores aliados para la salud.














