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Un nuevo estudio científico confirmó lo que muchos sienten intuitivamente: esos momentos de iluminación repentina -conocidos como epifanías o momentos "¡Ajá!"- no solo marcan un cambio en la comprensión, sino que modifican físicamente la actividad cerebral y potencian la memoria a largo plazo.
Las epifanías reorganizan el cerebro y refuerzan el aprendizaje
La investigación, publicada en Nature Communications y liderada por el psicólogo y neurocientífico Roberto Cabeza, de la Universidad Duke, analizó cómo el cerebro responde ante la resolución repentina de acertijos visuales.
Utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), el equipo observó que los momentos de comprensión súbita generan una explosión de actividad en el hipocampo, la región clave del cerebro relacionada con el aprendizaje y la memoria.
Además, se detectaron cambios significativos en la corteza ventral occipito-temporal, encargada del reconocimiento visual. Es decir, cuando una persona experimenta un momento "¡Ajá!", su cerebro literalmente reconfigura la manera en que interpreta una imagen o patrón, y esas conexiones nuevas se consolidan con mayor fuerza.
El "efecto ¡Ajá!" duplica la retención de lo aprendido
Uno de los hallazgos más destacados del estudio fue que las personas que resolvieron problemas mediante comprensión repentina -en lugar de hacerlo de manera lógica y progresiva- recordaron mejor esas soluciones incluso cinco días después.
De hecho, quienes reportaron mayor seguridad en su momento de epifanía presentaron los mejores niveles de retención.
"Si tienes un momento de ‘¡Ajá!' mientras aprendes algo, tu memoria casi se duplica", explicó Cabeza. "Hay pocos efectos tan poderosos en la memoria como este".

Implicancias en educación y neurociencia
Los resultados sugieren que fomentar entornos educativos que propicien la comprensión súbita puede tener un gran impacto en la calidad del aprendizaje y la memoria a largo plazo.
El coautor del estudio, Maxi Becker, de la Universidad Humboldt, agregó que durante estos momentos especiales, "las distintas regiones del cerebro se comunican con mayor eficiencia".
Aunque el estudio se centró en acertijos visuales, los investigadores creen que este tipo de procesos ocurre también en contextos más complejos, como el aprendizaje en el aula o en situaciones de la vida cotidiana.
Próximos pasos: descifrar el instante del "clic"
El equipo de investigadores ya planea un próximo estudio centrado en lo que sucede justo antes del momento de epifanía, cuando el cerebro parece estar al borde de una nueva conexión significativa. "Queremos entender cómo se prepara el cerebro para ese estallido de claridad", indicaron.













