

La petrolera Royal Dutch/Shell se vio obligada a cambiar el trazado de un oleoducto del proyecto Sajalín 2, de 12.000 millones de dólares, localizado en el este de Rusia, porque amenazaba la supervivencia de la ballena gris occidental.
El grupo anglo-holandés suspendió el año pasado el trabajo en este oleoducto submarino para permitir que se realizaran estudios sobre el impacto ambiental del proyecto. La ruta original del ducto, que permitirá el transporte de hasta 140.000 barriles diarios de petróleo, cruzaba por el territorio donde se alimentan las ballenas. El nuevo trazado está situado 20 kilómetros al sur del original.
Los expertos creen que quedan sólo alrededor de 100 ballenas de esta especie en el mundo.










