En los últimos veinte años, las diferencias salariales entre la cúpula y los empleados se dispararon. En Estados Unidos, la relación entre la retribución de los CEOs y los trabajadores de fábrica pasó de 40 a 1, a 400 a 1, según el libro Karaoke Capitalism, de Kjell Nordtröm y Jonas Ridderstrale. Para los empleados, esta brecha resulta aún más hiriente en épocas de recortes salariales y despidos, como los que está viviendo Alitalia, Volkswagen, DaimlerChrysler o Siemens.

Todas estas empresas están negociando, o negociaron, acuerdos con los empleados para reducir salarios o congelarlos. El motivo, en el caso de Alitalia, es salvar al grupo de la bancarrota. En otros, evitar el traslado de las plantas a países con mano de obra más barata.

Pero, en muchas ocasiones, este mensaje de apretarse el cinturón no se ajusta por igual a toda la compañía, y los sindicatos critican que los directivos disfrutan de mayores privilegios. “Los recortes tienen que aplicarse a todos, porque si no entramos en una quiebra de la equidad distributiva , afirma José Luis lvarez, vicedecano de la escuela de negocios Instituto de Empresa.

DaimlerChrysler, por ejemplo, cerró un acuerdo con el sindicato alemán IG Mettall tras aceptar que también los directivos debían rebajar sus privilegios. “En un momento dado, el directivo es el primero que debe dar ejemplo y reducirse el salario en una proporción mayor a la que se impondría al empleado , advierte Francisco Loscos, director de Capital Humano de Deloitte.

Sin embargo, Alfonso Jiménez, socio de la consultora PeopleMatters, sostiene que “el recorte de los salarios directivos, por muy elevados que sean, apenas tendrán impacto en el total de los costos salariales. Por eso es necesario aplicar los ajustes, principalmente, entre el plantel, que es donde radica la mayoría de los costos .

“Las diferencias salariales entre la cúpula y la base responden a la ley de oferta y demanda. Hay más gente dispuesta a trabajar en puestos no cualificados que altos directivos , señala Alfonso Jiménez. En su opinión, “no se puede establecer la retribución del CEO en función del empleado de base, pero lo que debe cuidarse es que los ejecutivos cobren en función de sus resultados .

Pero en muchas ocasiones no ha sido así. Según la revista Business Week, el sueldo base de los CEOs en 2001 y 2002 se recortó un 16% y un 33%, respectivamente, por la crisis que desató la burbuja tecnológica. Sin embargo, la retribución real de estos profesionales subió un 6% y un 7% gracias a bonus u opciones sobre acciones.

“La sociedad acepta las diferencias si están en función del mérito y el esfuerzo. Cuando no es así, el plantel se resiente. Por eso, cuando se ven diferencias tan altas, lo que reflejan son privilegios, no méritos , dice lvarez. “Los trabajadores no quieren igualdad, sino desigualdad equitativa .

“Si todos los CEOs ganaran 400 veces más que los empleados, sería insostenible , advierte Carlos Cavallé, profesor de la escuela de negocios IESE. Pero reconoce que puede haber una persona fuera de lo corriente que lo merezca. Jack Welch, ex presidente de General Electric, puede ser esa excepción y justificar que su retribución de 1999 fuera superior a la suma de los 15.000 trabajadores que ensamblan productos para GE en México, según Karaoke Capitalism. “Aunque un profesional valga ese sueldo, no creo que se le deba pagar porque sería injusto para el resto , cree lvarez.