

El próximo presidente, luego de las elecciones de 2011, iniciará su período a 10 años de cumplirse el “que se vayan todos . ¿Hubo algún cambio desde ese momento? Hoy la tendencia indica una mejora en la percepción de la sociedad sobre la clase dirigente. Al consultar sobre la imagen de los diferentes grupos sociales, comienza a perfilarse un incremento en la valoración de la clase política. Ante la pregunta de cuánto contribuyen al país los distintos actores de la sociedad, la dirigencia política está mejor posicionada que en mediciones anteriores. Podríamos inferir entonces que el oficialismo logró, a través de la instalación de diversos temas de la agenda, tanto a favor como en contra, que la “gente se interese nuevamente por la política.
Sería muy aventurado afirmar que la muerte del ex presidente Néstor Kirchner concluyó una etapa de confrontación. Sin embargo, parecería que ese modelo que tanto caracterizó al kirchnerismo, hoy entra en stand by o al menos se sumerge en una pausa, esperando el momento de volver a escena. Donde reinaba la crispación, hoy habita la emotividad (es notoria la evocación sentimental desde lo gestual que realiza en cada anuncio la presidenta Cristina Fernández); donde había resentimiento, hoy las formas imperan sobre los contenidos: el cómo es más importante que el qué.
Para profundizar, podríamos inferir que la confrontación no se ha ido, sólo ha cambiado de cuerpo. Ahora, es la oposición quien confronta, la que se divide, la que plantea la teoría de amigo-enemigo para la construcción de una alternativa. Esto no se da sólo en la dirigencia política, también se ve en los gremios, en la mesa de enlace, en los medios de comunicación. Frente a esto, la opinión pública no es indiferente. La desaparición física de Néstor Kirchner tuvo su impacto en la gestión del Gobierno. Los datos del último estudio ASPCA (Análisis Sociopolítico de la Coyuntura Argentina) de noviembre, reflejan que la aprobación del desempeño del Gobierno es del 63%, sin dudas el número más alto de la última etapa.
Otro dato a tener en cuenta es que la opinión pública sigue prefiriendo lo que ya conoce por encima de lo que está por venir. Y los resultados son elocuentes: el 50% de los entrevistados considera que Cristina Fernández será elegida nuevamente presidenta de los argentinos el año que viene.
A este número se le suma otro, también interesante: sólo el 37% de los 1200 encuestados considera que la oposición puede ganarle al oficialismo en la contienda electoral de 2011. Es la misma opinión pública que hace un año les pedía a los líderes opositores que funcionaran como un bloque homogéneo y unificado para contrapesar las políticas del ejecutivo nacional. Y esa había sido la lectura de aquellas elecciones legislativas, en las que no hubo grandes triunfos sino importantes derrotas de los oficialismos.
En las encuestas electorales hay preguntas que esconden varias respuestas, más allá de lo que se consulta linealmente. Una de ellas es cuando se intenta indagar sobre quién se cree que será el próximo presidente. Frente a esto, y más allá de lo que le gustaría a cada entrevistado, los porcentajes del último informe son elocuentes: el 50% de la muestra ve a Cristina Fernández de Kirchner nuevamente como presidenta de los argentinos. La historia dirá si la euforia generada luego de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner es una espuma pasajera o si el bastón presidencial se queda en las mismas manos otros cuatro años más.











