

El mercado se embarca hacia 2011 piloteando entre la desaceleración de la actividad, la inflación plantada en un 5% y escapando del centro de la meta, la perspectiva de aumento de las tasas de interés, el aumento del déficit en cuenta corriente y la expectativa por algún tipo de control de gasto público. Pero todo puede cambiar. Las proyecciones actuales están sujetas a giros como los que ocurrieron en 2010 -año marcado por sobresaltos externos e internos que exigieron juego de cintura de analistas y autoridades monetarias-.
“Mas que variables, lo que cambió fue el paradigma de la economía , explica Luis Otavio de Souza Leal, economista-jefe del Banco ABC Brasil. “La generación que hoy está en el mercado financiero no vio una crisis semejante a la de 2008/09. Los modelos económicos cambiaron rotundamente. El mercado entró en vuelo ciego allá afuera y aquí. Todos los paradigmas se fueron aguas abajo. Va a demandar tiempo para que todo se calmen .
Para Mônica Baumgarten de Bolle, directora de la Casa das Garças y socia de Galanto Consultoria, las sacudidas repentinas y fuertes del escenario internacional fueron decisivas para los cambios de escenario en Brasil. “El año comenzó con expectativa de normalización en los mercados internacionales, pero en abril pasó el tren-bala de Grecia y todo cambió. Los cambios fueron súbitos y se manifestaron en las proyecciones de los principales indicadores macro-económicos del país. Y es un hecho que tuvimos nuestro propio ciclo de cambios , evalúa la economista que pondera que el presidente norteamericano, Barack Obama, haya conseguido hacer una articulación política y pudo garantizar estímulos importantes para la economía en los próximos dos años. “Por lo tanto, si bien Europa todavía representa una amenaza, comenzamos el año con perspectivas mejores para EE.UU. , comenta Mônica.
Maristella Ansanelli, economista-jefe del Banco Fibra, también ve la fuerte demanda interna que conlleva a revisiones las proyecciones de crecimiento económico y de inflación. “Los cambios ocurrieron, siendo fruto de la política fiscal expansionista o de medidas para-fiscales, como operaciones de crédito de los bancos públicos, actuación del BNDES y gastos corrientes del gobierno. Los estímulos fueron mayores de lo esperado y también extendidos por más tiempo del que se esperaba. Las medidas anti-cíclicas fueron quedando y el resultado está ahí. En este momento, proyectamos una suba de la Selic de 2 puntos porcentuales para 2011, lo que llevaría la inflación medida por ndice de Precios al Consumidor Amplio a un 5,5% en el año .
Tatiana Pinheiro, economista del Santander, tiene una opinión similar. Ella explica que en términos prácticos, sin catástrofes externas, la cuestión central es la inflación que se va a mostrar resistente en un nivel del 5%.
Mônica Baumgarten de Bolle, de Galanto, pondera que no hay que recibir el 2011, pensando que será tranquilo. “Estamos lejos de salir del alto grado de incertidumbre en el mercado internacional. Para Brasil eso importa relativamente poco. Y nuestro punto de partida debería ser controlar los desequilibrios internos, enfocados en el aumento del consumo relacionado al crédito y a la política fiscal. La expectativa es que algún ajuste fiscal venga a desacelerar los gastos públicos, y se de mayor atención al crecimiento del crédito público. El crédito público entró en segmentos al consumidor, y viene alimentando la demanda. El endeudamiento de las familias no creció tan sólo por un aumento de la renta y la oferta de trabajo. Y es por esa razón que el BC instituyó medidas macro como el aumento del encaje a inicios de mes. Pero no es razonable imaginar que esas medidas equivalen a un aumento del interés. Las medidas pueden restringir la liquidez, pero nadie sabe efectivamente medir su impacto, en la equivalencia, en la tasa de interés










