

Como los granjeros miran sus campos devastados por la sequía, los operadores bursátiles casi desesperan de ver de nuevo volatilidad en los mercados. Por eso voy a hacer una sugerencia: comprar gas natural, o más bien, la volatilidad inherente a los contratos de gas natural.
Desde hace mucho que el gas natural, básicamente el metano, es uno de los commodities más volátiles y, aunque hay optimistas y pesimistas con respecto al rumbo que tomarán los precios, todos coinciden en que se volverán mas volátiles aún.
Aunque el gas natural es un commodity menos internacional que los metales o el crudo, los distintos mercados continentales y nacionales están más conectados que antes. Estados Unidos sigue siendo el más importante porque produce y consume de fuentes diversificadas y tiene más instalaciones de almacenamiento que Europa o Asia. Por eso los usuarios tienen mayor flexibilidad a la hora de adquirir el gas que se comercia internacionalmente en forma de gas natural licuado (GNL).
Si Europa tuviera una política energética, cosa que no tiene, estaría construyendo más instalaciones de almacenamiento de gas y diversificando proveedores más rápidamente.
La pregunta es qué pasa en el mercado estadounidense que no puede ser descontado de manera eficiente. Y la respuesta está en los aparatos de aire acondicionado y los huracanes.
El tema que más afecta el precio del gas natural es la generación de electricidad. Aunque el crecimiento económico en EE.UU. se ha desacelerado, el consumo de electricidad tuvo un alza inesperada. Los expertos dicen que los aparatos de aire acondicionado que cuestan menos de u$s 100 explican la tendencia: gracias a los trabajadores chinos y a las eficiencias de escala, la mayoría de los hogares estadounidenses por debajo de la línea de pobreza tienen aire acondicionado. En muchas partes del país donde el crecimiento está deprimido por la situación en el mercado de la vivienda, la demanda de electricidad en horas pico crece a una tasa anual de 3%. A esto contribuye la caída en los precios de las computadoras y los televisores de plasma, dos aparatos que requieren mucha energía.
Con respecto a los huracanes, el año pasado fue bueno para los dueños de casas en el estado de Florida pero malo para los que optaron por posiciones largas en gas natural. “En 2006 tuvimos un patrón climático El Niño, con menos probabilidades de producir huracanes que crucen del Atlántico al Golfo de México a través de Florida , donde está la mayor parte de la capacidad de producción de gas de EE.UU., dijo un operador, quien agregó que este año hay un patrón La Niña, con al menos 25% más de probabilidades de generar tormentas que lleguen al Golfo. Esto es malo para las viviendas en Florida y para las posiciones cortas en gas natural. En un año promedio, las pérdidas vinculadas al clima son de alrededor de 50.000 millones de pies cúbicos de producción de gas, mientras que con los huracanes Katrina y Rita la pérdida de producción fue de más de 1 billón de pies cúbicos.










