Como corresponde a un monarca que se considera un semidiós, el rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej a menudo se comunica a través de parábolas, historias y símbolos, de los que se debe deducir el mensaje. Pero no había forma de equivocar el significado de su discurso de cumpleaños en diciembre 2001. Apenas un año antes, el magnate de las telecomunicaciones Thaksin Shinawatra, había llegado al poder con un mandato electoral sin precedentes. Había convencido a los votantes de que él era su salvador nacional listo para conducir a Tailandia hacia un futuro glorioso. En su discurso televisivo de cumpleaños, el rey Bhumibol, junto al gabinete y otras prominentes figuras de Tailandia, advirtió que el país se dirigía al desastre como resultado de la arrogancia, el egoísmo, los conflictos y los dobles estándares.

Por si había alguna duda sobre a qué se referían sus comentarios, el rey afirmó “puedo ver que el primer ministro está con cara larga. . . puede que no sepa qué hacer porque parece que no hay progresos en nada. Tanta gente ha notado que el país está en estado de desastre y no de prosperidad. Todo empeora y empeora .

Thaksin, intolerante a las críticas, nuevamente está con cara larga, pero ahora en Londres, donde se refugió después del reciente golpe militar que lo sacó del poder. Equivocados o no, muchos tailandeses ven la mano de su venerado rey en los dramáticos eventos que pusieron fin a meses de desorden político sobre la legitimidad del liderazgo de Thaksin.

El rey Bhumibol, un monarca constitucional que se supone está sobre la política, ha guardado silencio sobre el golpe –algo poco sorprendente considerando la rareza de sus apariciones públicas durante los últimos años, en los que ha estado enfermo y frágil. Pero el general Sonthi Boonyaratkalin, el primer jefe musulmán del ejército en una Tailandia mayormente budista, es un realista leal, y conocido por su cercanía con el retirado general Prem Tinsulanonda, presidente del Consejo Real. Aunque el general Sonthi ha insistido en que el golpe fue su idea, a muchos tailandeses les cuesta creer que el respetado soldado hubiera actuado sin al menos el beneplácito implícito del palacio.

Esta percepción de un apoyo real al golpe ayudaría a explicar una aparente paradoja: aunque muchos tailandeses aún apoyan a Thaksin y votarían por él de nuevo si se diera una oportunidad, apoyan la intervención militar en la política, un respaldo que refleja, en parte, su profunda fe en el rey.

Bhumibol Adulyadej, cuyo nombre significa “fortaleza de la tierra, poder incomparable , nació en 1927 en Boston, Massachusetts, donde su padre, el príncipe Mahidol, había conocido a su madre, una plebeya, mientras ambos estudiaban en Harvard. Fue educado en Lausanne, Suiza, donde su madre, entonces viuda, había llevado a su familia huyendo de la revolución que en 1932 terminó con la monarquía absoluta en Tailandia. El joven Bhumibol llegó al trono en junio de 1946, con 18 años, después de la misteriosa muerte por un balazo de su hermano mayor, Ananda. Heredó una monarquía débil, pero a través de trabajo duro, visitas a zonas rurales olvidadas y virtudes personales, se ganó el cariño del público que hoy le valen lealtad.