

Los cuatro años de amargas disputas con respecto al diseño y el control financiero de la Torre de la Libertad, que planean construir en el sitio donde estaba el World Trade Center de la ciudad de Nueva York, han hecho mucho por socavar el simbolismo que se buscaba en los planes iniciales.
El edificio, que tendría 541 metros de alto, se ha convertido en la moneda de cambio de una amarga lucha entre las poderosas autoridades del estado de Nueva York y Larry Silverstein, quien tiene a su cargo el desarrollo del proyecto. El enfrentamiento, que se hizo público la semana pasada cuando cada una de las partes acusó a la otra de actuar de mala fe, ha llevado a algunos analistas de bienes raíces a dudar de que realmente pueda llegar a concretarse la construcción.
Desde los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001, Silverstein ha luchado por mantener su derecho a construir en la propiedad que le había alquilado a la Dirección de Puertos de Nueva York y Nueva Jersey apenas semanas antes de los atentados. Pero ahora ha indicado que estaría dispuesto a ceder el control a la autoridad portuaria a cambio del derecho a desarrollar propiedades más lucrativas en el terreno.
Por su parte, la agencia del gobierno ha dicho que sólo se quedará con el control si Silverstein renuncia al dinero del seguro. La construcción de la torre –que estaría acompañada por otras torres de oficinas más bajas– costaría alrededor de 2.400 millones de dólares.
Con las conversaciones estancadas en torno a los detalles financieros, no está claro cuál de las partes asumirá la responsabilidad por la construcción. Silverstein dijo que está dispuesto a iniciar los trabajos el mes próximo, aunque el estado puede bloquearle los u$s 1.700 millones en bonos libres de impuestos que necesita.
George Pataki, el gobernador de Nueva York que concluye su mandato en enero próximo, esperaba que la Torre fuera el broche de oro de su administración. En consecuencia, ha usado de manera efectiva su poder en disputas previas, como cuando presionó a los arquitectos David Childs y Daniel Libeskind para obligarlos a colaborar en el diseño de la torre.
Pero el sucesor de Pataki será elegido en noviembre, lo que significa que al gobernador le queda muy poco tiempo y capital político. Silverstein ha amenazado con llevar a la Dirección de Puertos a los tribunales, cosa que podría causar aún más demoras.
“Desde hace mucho que el gobernador ha sido uno de los mayores defensores de la idea de construir la Torre. Se podría decir con bastante certeza que esto no tendrá el mismo nivel de prioridad en una nueva administración , dijo Jeremy Soffin, director de Asuntos Públicos de la Asociación de Planes Regionales, un grupo de planificación urbana.
Pataki defendió durante mucho tiempo a Silverstein, pero últimamente se unió a otros funcionarios, incluyendo a Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, que han criticado a este especialista en desarrollos inmobiliarios. Los críticos dicen que Silverstein antepuso las ganancias al bien común. El empresario rechazó esta acusación y a su vez responsabilizó a las agencias del gobierno por no haber preparado la infraestructura necesaria para seguir adelante con la otra construcción.









