

De los 1.400 de euros (u$s 2.200) que ganan todos los meses Rosa Dominguez y su pareja, envían 200 a sus dos hijas que viven en Bolivia junto a su abuela.
La transferencia del dinero, que varía todos los meses desde que el matrimonio llegó a Madrid hace dos años, permite a las niñas de ocho y diez años, comer bien y darse el lujo, cada tanto, de comprar un vestido nuevo.
Sin embargo, quizás las chicas sean las primeras en verse afectadas si alguno de sus padres se convierte en uno de los tantos inmigrantes desempleados de España. “Evidentemente, tendríamos que enviarles menos dinero , dijo Rosa que gana 400 euros al mes como niñera.
Las cifras dadas a conocer el viernes confirman que la desaceleración económica de España, que comenzó con una caída en el mercado de las viviendas, está golpeando con fuerza a los ejércitos de trabajadores, mayormente sin estudios, que han llegado desde América latina y Africa en los últimos ocho años.
El desempleo entre los trabajadores no españoles subió 24% a 504.700 personas en el primer trimestre de este año. Oficialmente, cerca de 15% de la población activa de la comunidad está desocupado, comparado con el promedio nacional de 9,6%.
Las asociaciones de inmigrantes sostienen que la cifra probablemente sea superior a 20% teniendo en cuenta a quienes viven en España en forma ilegal. A medida que el sector de la construcción se contraiga más, al menos otros 100.000 inmigrantes perderán su empleo a fines de este año, según una federación de empleadores.
Los españoles se están ajustando el cinturón debido a sus grandes deudas y al aumento en los precios de los alimentos y energía, lo que significa que extranjeros con empleos de limpieza, en el sector hotelero o en los locales comerciales, como vendedores, serán pronto despedidos.
La crisis en España empezó a afectar el flujo de remesas hacia países como Ecuador y Bolivia, cuyas economías dependen en gran medida del dinero que llega desde Estados Unidos y Europa.










