“Si vas a construir una máquina del tiempo, ¿por qué no hacerlo con estilo? , se preguntaba Emmett Brown, personaje interpretado por Christopher Lloyd, para explicarle a su aprendiz, Marty McFly (Michael J. Fox), por qué había elegido un DeLorean para desafiar las fronteras cronológicas, en Volver al Futuro, la mítica tríada cinematográfica de Steven Spielberg. La frase también resumió lo que, a mediados de los ’80, la marca de exclusivos autos deportivos significaba en Estados Unidos.
El último fin de semana, a los 80 años, falleció su mentor, John Zachary DeLorean. Pese a que sólo existen 8.900 coches a los que legó su apellido, era una de las últimas leyendas vivas de la industria automotriz.
Así lo reconoció Rick Wagoner, CEO de General Motors, en un comunicado. “Construyó su nombre en base al talento, la creatividad, la innovación y el riesgo , recordó el ejecutivo.
Nacido en 1925, en Detroit, DeLorean había ingresado a GM como director ingeniero de la marca Pontiac, en 1956. A fines de los ’60, se convirtió en el ejecutivo más joven en conducir una división de la compañía.
En 1973, con menos de 40 años, tenía a su cargo todas sus operaciones de autos y camiones en América del Norte y perfilaba para convertirse en número uno del grupo. Pero renunció para perseguir su sueño.
Con ayuda del gobierno británico, instaló en Irlanda del Norte la DeLorean Motor Car, primera automotriz fundada por un estadounidense desde 1925. Ocho años después, de la planta de Belfast salían los primeros DeLorean DMC-12.
El modelo era un deportivo biplaza de lujo. No sólo innovó por su diseño futurista, sino porque le llevaba menos de ocho segundos acelerar de cero a 100 kilómetros por hora, gracias a su potencia de 130 caballos de fuerza.
En tres años, se produjeron 8.900 unidades. Pero su sueño se derrumbó en 1983, después de que DeLorean fuera arrestado en Los Angeles, acusado de vender cocaína, por un valor de u$s 24 millones. El empresario había aceptado incursionar en el narcotráfico, como un desesperado intento para salvar su emprendimiento.
La Justicia lo absolvió porque el delito nunca fue real, ya que mediante un operativo armado, el FBI lo había instigado a cometerlo. Pero DeLorean nunca se recuperó de ese golpe.
Después de este juicio, volvió a Tribunales por otro escándalo: su divorcio de la modelo y presentadora televisiva Cristina Ferrare. Fue el tercero de los cuatro matrimonios que contrajo.
Después del caso por drogas, DeLorean enfrentó un total de 40 demandas, que lo llevaron a declararse en bancarrota, en 1999. Falleció el 19 de marzo, en un hospital de Nueva Jersey, en el que estaba internado tras un infarto sufrido la semana pasada. Fue el epílogo para ocho décadas de película.