Lo había negado en firme todo el año pasado, pero, en medio de una profunda reestructuración general, ya lo admite. CTI, la popular y añosa firma de telefonía celular argentina terminará cambiando su nombre por Claro, la marca que utiliza su dueña, la mexicana América Móvil, en la mayoría de los países donde opera.
“La empresa se terminará alineando (con el resto de las filiales), pero lo único que podemos decir por ahora es que el cambio de nombre se está analizando , informaron desde la filial local de la compañía del millonario Carlos Slim.
La posibilidad comenzó a mencionarse a comienzos del año pasado, pero lo que habría empujado la resistida medida –CTI tiene un alto grado de recordación– es la próxima cotización del grupo en distintas bolsas de la región, lo cual exigiría mayor unificación y ordenamiento.
América Móvil es propiedad de la también azteca Telmex, que a fines del año pasado se escindió y creó una unidad internacional. La movida es una táctica que tiende a dividir y eficientizar la gestión, que hasta ese momento englobaba la poderosa operación mexicana –donde la firma nació como un monopolio– y las filiales más recientes que se enfrentan a otras gigantes, como Telefónica. Pero como la estrategia del grupo, que apunta a la expansión, se mantiene incólume, Telmex planea lanzarse en nuevos parqués, además del mexicano y el estadounidense.
Como informó El Cronista hace dos semanas, Telmex comenzó a tramitar este paso ante la Comisión Nacional de Valores local. La alternativa que se baraja con las autoridades del área es evitar la emisión de acciones y, en cambio, traer las que cotizan en la Bolsa de México, opción similar a la que aplicó Petrobrás Brasil en 2006.
En las cotizaciones internacionales, la unificación de marca e imagen suele ser una ventaja y es por esto que la decisión de cambiar la marca de CTI llegó a evaluarse hasta en los niveles más altos del Grupo.
Economía de escala
Otro argumento a favor de rebautizar la operadora de telefonía móvil es el de la economía de escala: tanto la compra de equipos, como algunas acciones de marketing, se abaratan si no tienen que sufrir cambios en los distintos países. Este análisis fue el que impulsó a Telefónica Móviles a desterrar la tan exitosa Movicom –todo un genérico en la Argentina– y reemplazarla por Movistar, en 2005. Y el ejemplo es todavía más válido si se recuerda que CTI (sigla de Compañía de Teléfonos del Interior) fue también equivalente a “celular en muchas provincias del país en las que prestaba el servicio cuando no podía desembarcar en la Capital.
América Móvil utiliza la marca Claro en nueve de los 15 países en los que tiene actividad. Donde más homogeneidad logró fue en Centroamérica, donde se impuso en todas las plazas a las que llegó (Guatemala, El Salvador, Nicaragua; Honduras; Puerto Rico y República Dominicana) y donde suma unos ocho millones de usuarios. En Sudamérica, en cambio, la adopción fue dispar y alcanza sólo a tres países (Perú, Brasil y Chile), de los ocho en los que presta servicios.
La insignia no llegaría en cambio a Estados Unidos, territorio en el que la azteca llegó como Tracfone, ni en México, donde se impone como Telcel.