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YPF reportó los resultados del tercer trimestre de 2025 con señales de mejora operativa, aunque con un impacto contable que distorsionó el balance final.
Los ingresos consolidados alcanzaron u$s 4640 millones, apenas 3% más que el trimestre anterior, pero 12% menos interanual. La recuperación en gas y energía eléctrica compensó parcialmente la baja de precios del petróleo internacional y el retroceso en volúmenes.
El EBITDA ajustado (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se ubicó en u$s 1360 millones, con márgenes que se expandieron del 24% al 29%, por encima en un 15% de las previsiones del mercado.
Sin embargo, la compañía registró una pérdida neta de u$s 198 millones, frente a una ganancia de u$s 58 millones en el trimestre previo, por una provisión impositiva extraordinaria de u$s 537 millones. Sin ese efecto puntual, el resultado habría sido positivo.
Resultados mixtos, pero con señales positivas
El mercado leyó los resultados con opiniones divididas: algunos analistas destacaron la expansión de márgenes, la disciplina de gasto y la mejora en eficiencia; otros, en cambio, advirtieron que la caída en producción es un punto débil.
El Capex (inversiones de capital destinadas a proyectos y desarrollo de activos) se redujo a u$s 1150 millones (-12% t/t; -23% i/a), sin afectar la operación ni los volúmenes. En tanto, el flujo de caja libre (FCF) volvió a ser negativo por unos u$s 750 millones, afectado por pagos vinculados a fusiones y adquisiciones (M&A) y movimientos de capital de trabajo.
Aun así, el apalancamiento neto se mantuvo en un nivel saludable, tras subir levemente a 2,1x EBITDA, todavía por debajo del umbral de 3x considerado seguro para el sector.
Pese a los menores precios del crudo, los spreads de refinación débiles y la venta de activos convencionales, YPF logró sostener márgenes y eficiencia. El costo de lifting se redujo a u$s 8,9 por barril equivalente, lo que expone el impacto tangible del ajuste operativo de los últimos años.
Gustavo Neffa, socio de Research for Traders, en diálogo con El Cronista, analizó el balance de YPF y sostuvo que los resultados fueron “mixtos”.
Explicó que las ventas no crecieron, sino que registraron una caída interanual del 12%, atribuible principalmente a la baja del precio del petróleo —que retrocede alrededor de 15% este año— más que a un descenso en las cantidades vendidas.
“Sí mejoraron los márgenes”, aclaró. “El margen de EBITDA se ubicó apenas por encima del 29%, cuando hace un año rondaba el 24-25%, lo cual refleja una reducción de costos relativos”. Sin embargo, advirtió que la deuda volvió a aumentar y que el flujo de caja se mantiene negativo.
“Es lógico en empresas con fuertes proyectos de inversión, pero YPF aún no logra el cash flow positivo que espera el mercado”, señaló Neffa.
En su visión, la petrolera estatal “tiene una mina de oro en Vaca Muerta” y múltiples acuerdos internacionales que le darán un fuerte impulso en los próximos cinco años. “Está invirtiendo capital, pero a corto plazo los resultados no fueron los esperados; hay cierta defraudación, salvo por la mejora de márgenes”, opinó.
Neffa destacó además que el shale ya representa más producción que el petróleo convencional y valoró la estrategia de la compañía.
“Me gusta mucho la impronta de Marín; es un muy buen management. Hay que darle crédito y tiempo para que madure el proceso. Es una inversión a mediano plazo para estar comprado, aunque a corto plazo hay mejores alternativas en Argentina”, concluyó.

Claudio Maulhardt, portfolio manager en Galileo, comentó en redes sociales que el balance de YPF dejó dos lecturas principales: “Primero, reportar un EBITDA en línea con lo esperado no equivale a reportar bien. Segundo, hacerlo un viernes a la noche no deja una buena señal, y suele interpretarse como un indicio negativo”, deslizó.
La empresa, según Maulhardt, pareció preparar a los analistas para el resultado que iba a presentar. “Por eso, entre las pocas notas de research publicadas y pese al inusual horario se percibió cierta conformidad con los números.
El portfolio manager reconoció los cambios que está atravesando YPF y considera razonable su decisión de enfocarse en los activos más rentables y desprenderse de los menos productivos, aunque advirtió que la transición resulta “mucho más costosa para el accionista de lo que se proyectaba hace dos años”.
“Todo sería más simple si el precio del crudo no hubiera bajado”, apuntó Maulhardt. Pero al hacerlo, sostuvo, hubiera sido prudente moderar el ritmo de inversión. Aún más preocupante le resultó el retraso en el ajuste de los precios de surtidor, que recuerda a épocas en que la empresa operaba con mayor impronta estatal.
Hoy YPF acumula u$s 2000 millones más de deuda neta que hace un año, con u$s 10600 millones de deuda bruta, 99% en dólares. En una industria donde las petroleras regionales cotizan con múltiplos de EBITDA bajos, un endeudamiento de 2,1x limita el potencial del equity.
“Lo repetimos: para una empresa con flujo de caja libre negativo que ya luce estructural, el EBITDA es un indicador generosamente mediocre de su capacidad de generar efectivo. Ni hablar del P/E (relación precio/ganancias), porque en nueve meses el ‘E’ es negativo”, resumió “El brujo de los mercados”, como se lo conoce en redes sociales. Con un costo de deuda del 6,7%, el desafío para la última línea del balance es alto.
Maulhardt concluye que las ideas del management son buenas, pero la transición es dura
Aceleración productiva y foco en el shale
Por su parte, Piedad Ortiz, economista y MBA en Finanzas, señaló en diálogo con El Cronista que los resultados de YPF reflejan el aceleramiento de la compañía para cumplir sus objetivos de producción, especialmente en el objetivo de reducir la producción convencional e incrementar la de shale en Vaca Muerta.
“La empresa alcanzó una producción de shale de 170.000 barriles diarios, y en octubre logró el hito de 190.000 barriles diarios”, recordó la estratega.
El foco actual, explicó Ortiz, está puesto en dos proyectos clave: “El Oleoducto Vaca Muerta Sur, que ya registra un avance del 35% en su ampliación para aumentar la capacidad de transporte y potenciar las exportaciones; y el proyecto de Argentina GNL, que recientemente incorporó a la petrolera ADNOC (Abu Dhabi National Oil Company) como socia estratégica”, dijo.
Gracias a esta estrategia, YPF logró comprimir sus costos y mejorar la productividad de cada dólar invertido, impulsada por la velocidad de ejecución y la automatización de sus operaciones.
“Alcanzó perforaciones de hasta 6.000 metros en solo 11 días”, destacó Ortiz. En consecuencia, el costo de extracción se redujo 45% interanual, pasando de u$s 20,8 por barril en el convencional a u$s 4,2 en el no convencional.
“El CAPEX también se redujo, un 25% menos que en el tercer trimestre de 2024 y 12% menos que en el segundo trimestre de 2025, con una fuerte baja en la inversión destinada al segmento convencional”, deslizó la experta.
Respecto de los precios, Ortiz también señaló que la caída del Brent impactó en los ingresos, que descendieron frente al 3T24 hasta u$s 4643 millones (-12% interanual). Sin embargo, al haber reducido sus costos de extracción, YPF consiguió mantener estable su EBITDA ajustado frente al año previo (+21% respecto del 2T25). En esa línea, el margen de EBITDA evolucionó de 25% en 3T24, a 24% en 2T25, y alcanzó 29,2% en 3T25.
Ortiz planteó además algunos puntos para tener en cuenta:
- El resultado negativo de u$s 198 millones se debe al impuesto diferido a las ganancias, producto de los reajustes por inflación y tipo de cambio: “Como la proyección de devaluación fue mayor que la inflación, se generó un desajuste contable”, explicó.
- Los precios del Brent deberían acompañar el crecimiento productivo, con un nivel ideal en torno a u$s 70 por barril.
- La deuda se mantiene como un punto de atención: “Si bien crece por el ritmo de inversión, no deja de preocupar”, apuntó. Actualmente asciende a u$s 10.600 millones, con un costo del 6,7% anual, y el 70% de las inversiones por u$s 1.017 millones se orientan al negocio shale en Vaca Muerta. No obstante, la compañía destina el 39% de sus ingresos operativos al pago de intereses.
Aun así, Ortiz considera que YPF se mantiene como una inversión atractiva. “Su ADR cotiza en torno a u$s 37,7, con un precio objetivo promedio de u$s 43,6 si mantiene el plan 4x4 de expansión en shale”, señaló.
Con una curva de aprendizaje más afinada y la posibilidad de acceder a financiamiento más barato, la estratega sostiene que YPF es una empresa con alto potencial de crecimiento, cuyo principal desafío será estabilizar la producción y sostener la agenda de inversiones en un entorno político y regulatorio cambiante.
Reacción del mercado
La acción de YPF sube este lunes en Nueva York, impulsada tanto por la lectura constructiva del balance como por el buen clima general en los mercados globales, donde el S&P 500 y el Nasdaq recuperan terreno tras la votación en el Senado estadounidense que destrabó el cierre del gobierno.
Si bien los expertos señalan que al subir todo el equity argentino es difícil saber en qué parte es por balance y por mercado, el rebote de YPF responde a una combinación de factores propios y externos: mejora operativa, perspectivas de generación de caja en 2026 y una coyuntura internacional más favorable para los activos energéticos.
Adcap mantiene una recomendación de compra con un precio objetivo de u$s 50/ADR, lo que implica un potencial alcista del 38% desde los niveles actuales. La visión general del mercado es constructiva, tanto para sus bonos corporativos como para su acción, respaldada por una gestión más eficiente, una estructura de costos más liviana y una posición financiera sólida.














