Los demócratas acordaron un paquete de medidas para reducir los precios de los medicamentos que supondrá que el gobierno estadounidense negocie directamente con las empresas farmacéuticas sobre los precios por primera vez.

Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado, anunció que él y sus colegas habían acordado una serie de medidas destinadas a frenar los elevados costos de los medicamentos en Estados Unidos y equipararlos a los de otros países desarrollados.

Las propuestas, que suponen un paso adelante en la disputa de los legisladores sobre el contenido final del proyecto de ley de gastos de u$s 1,75 billón de Joe Biden, incluyen permitir al gobierno negociar sobre algunos de los medicamentos comprados bajo el programa de seguro público Medicare. También se establece un límite a los gastos anuales de los pacientes en tratamientos que no están cubiertos.

Schumer dijo: "[Este acuerdo] reformará toda la industria para poner fin a los precios abusivos y cambiar los incentivos tanto de las compañías farmacéuticas como de los seguros médicos para garantizar que el sistema de precios de los medicamentos de nuestro país beneficie a los pacientes, no a las empresas".

Según un estudio de la Brookings Institution, los pacientes estadounidenses pagan tres veces más por los medicamentos que los europeos, lo que contribuye a que EE.UU. represente tres cuartas partes de los beneficios mundiales de las empresas farmacéuticas.

La opinión pública apoya desde hace tiempo la posibilidad de que el gobierno negocie algunos precios de los medicamentos. Una encuesta realizada el mes pasado por el centro de estudios Kaiser Family Foundation reveló que el 83% de los estadounidenses está a favor de esta propuesta, incluido el 71% de los republicanos.

Sin embargo, muchos demócratas se sintieron decepcionados la semana pasada cuando la Casa Blanca hizo público un borrador del proyecto de ley que omitía por completo muchas de las promesas de campaña del presidente estadounidense de reducir el costo de los medicamentos.

La supresión de las restricciones parecía ser una victoria para el poderoso lobby de la industria farmacéutica estadounidense, pero los demócratas más veteranos siguieron negociando durante el fin de semana para volver a incluirlas.

Schumer dijo que las nuevas propuestas de precios de los medicamentos significarían que los pacientes de Medicare no tendrían que pagar más de u$s 2000 al año por medicamentos que no pueden reclamar al seguro. Reducirán el precio de una inyección de insulina de u$s 600 a u$s 35, y permitirán al gobierno negociar sobre los medicamentos de las Partes B y D de los planes de Medicare, tanto los administrados por un médico como los que se toman en casa.

El senador no dijo qué medicamentos exactamente podrá negociar el gobierno. Sin embargo, un borrador del texto que circula entre los demócratas dice que el secretario de Salud de EE.UU. elegirá inicialmente 12 medicamentos de una lista de los más caros que hayan superado su periodo de exclusividad regulatoria, durante el cual no pueden ser desafiados por genéricos más baratos. Esa lista aumentaría a 30 fármacos en 2028.

El acuerdo también incluiría una versión de precios máximos ligados a la inflación, que obligaría a las farmacéuticas a reembolsarle al gobierno si el precio de un medicamento sube por encima de la inflación. Pero el impacto de esta medida se limitaría calculando el tope en función de los precios de 2020 o 2021, en lugar del precio de 2016, como proponen algunos demócratas en el Congreso.

Las propuestas habían sido fuertemente combatidas por las empresas farmacéuticas estadounidenses, que todos los años gastan más que cualquier otra industria en grupos de lobby en Washington. Los grupos comerciales habían advertido que una versión más radical de las propuestas de los demócratas reduciría los ingresos de la industria en un 40% y tendría un efecto paralizante sobre la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos.

Stephen Ubl, presidente de la asociación industrial PhRMA, calificó las propuestas de los demócratas de "desastrosas". Añadió: "Si se aprueban, pondrán en peligro el mismo ecosistema innovador que nos ha traído vacunas y tratamientos que salvan vidas para combatir el Covid-19". Bajo el pretexto de la "negociación", da al gobierno el poder de dictar cuánto vale un medicamento y deja a muchos pacientes ante un futuro con menos acceso a los medicamentos y menos tratamientos nuevos".

Dijo Schumer: "Muchos de nosotros habríamos querido ir mucho más lejos, pero es un gran paso para ayudar al pueblo estadounidense a lidiar con el precio de los medicamentos".