Arabia Saudita y China figuran entre los 20 gobiernos extranjeros que gastaron al menos u$s 7,8 millones en total en propiedades de Donald Trump mientras él era presidente, según un informe publicado el jueves por los demócratas del Congreso. Según el informe, el Gobierno y las entidades estatales de China fueron, por lejos, los que más gastaron en las propiedades del expresidente, con u$s 5,5 millones en locales propiedad de Trump en Nueva York, Washington y Las Vegas. Arabia Saudita y su familia real gastaron más de u$s 600.000. Los hallazgos son el cierre de una investigación de años de los demócratas de la Cámara de Representantes sobre si Trump se benefició personalmente de su tiempo en el cargo público. El expresidente es actualmente el claro favorito en la carrera de las primarias presidenciales republicanas. El informe, de 156 páginas, revela que, además de China y Arabia Saudita, entidades vinculadas al Estado de Congo, Malasia, Albania y Kosovo gastaron dinero en hoteles y apartamentos de Trump. La investigación se basa en documentos obtenidos de Mazars, la antigua empresa de contabilidad de Trump. Qatar gastó más de u$s 460.000 y Kuwait más de u$s 300.000, según el informe. El gasto en 2017 y 2018 se produjo cuando Trump lanzó y luego desescaló una guerra comercial contra Beijing, antes de arremeter de nuevo contra China durante la pandemia de coronavirus. También coincidió con la firma por parte de Trump de un acuerdo armamentístico de u$s 110.000 millones con el Gobierno saudí y el posterior asesinato y descuartizamiento de Jamal Khashoggi, disidente saudí y columnista del Washington Post, en una operación que, según la comunidad de inteligencia estadounidense, fue autorizada por el príncipe heredero de Arabia Saudita, Muhammed bin Salman. Jamie Raskin, el principal demócrata en el comité de supervisión de la Cámara Baja y uno de los gestores del segundo juicio político de Trump, dijo que las cifras eran sólo una "fracción" del gasto real de entidades extranjeras en las propiedades del expresidente, y cubrían sólo los dos primeros años de su presidencia y un pequeño número de sus negocios. "Al elevar sus intereses financieros personales y las prioridades políticas de las potencias extranjeras corruptas por encima del interés público estadounidense, el expresidente Trump violó tanto los claros mandatos de la constitución como el cuidadoso precedente establecido y observado por cada comandante en jefe anterior", escribió Raskin. "Es cierto que u$s 7,8 millones es casi con toda seguridad sólo una fracción de la cosecha de Trump de dinero ilícito de Estados extranjeros, pero esta cifra en sí misma es un escándalo y un factor decisivo para actuar", añadió Raskin. James Comer, el principal republicano en el comité de supervisión y líder en la investigación de la destitución de Joe Biden, dijo que estaba "más allá de la parodia" que los demócratas estuvieran investigando a Trump. Los Biden "y sus asociados" ganaron millones más en países turbios sin proporcionar nada más que acceso a Biden, afirmó Comer. "El expresidente Trump tiene negocios legítimos, pero los Biden no". El vocero de Trump no respondió a una solicitud de comentarios.