Entraron a los Estados Unidos para ofrecer servicios de ahorro e inversión a los millones de baby boomers que se acercaban al retiro. "Muchas vinieron porque el mercado norteamericano es grande, lo que no necesariamente es la mejor razón para hacerlo", dijo Spencer Horgan, analista de seguros del Deutsche Bank.

La última señal de este panorama cambiante llegó a fines de mayo, cuando Swiss Re vendió su subsidiaria en EE.UU. dedicada a los seguros de vida por 600 millones de dólares a Jackson National Life Insurance, propiedad de Prudential, afirmando vislumbrar un "atractivo potencial de crecimiento en el Reino Unido y Europa continental".

Por lo menos una aseguradora europea, Aviva, viene considerando planes para abandonar el país. Los analistas estiman que actualmente su filial norteamericana se vendería a sólo la mitad de los 2.000 millones de dólares que el grupo FTSE 100 pagó por la empresa hace seis años.

Otros redujeron mucho sus negocios en EE.UU. La francesa Axa obtuvo 136 millones de euros en nuevos negocios en EE.UU. el año pasado, una caída de dos tercios desde 2007, comparada a una disminución de un quinto en el número de negocios nuevos en todo el ramo.

Las regulaciones amenazan con ensombrecer aún más el panorama. La británica Prudential ya advirtió que los futuros requisitos de capital a las aseguradoras con sede en la UE, actualmente en preparación en Bruselas, podrían imposibilitarle a su brazo norteamericano competir con los rivales locales.

La retirada europea se daría tras una marcha agresiva (y a menudo hecha a través de adquisiciones) de las primas de riesgo al mayor mercado de seguros del mundo. Prudential ya se anticipó en 1986, al desembolsar 406 millones de euros para adquirir Jackson, uno de los mayores grupos de seguros de vida del EE.UU. Según muestran datos de Bloomberg, desde 1995 hubo 22 adquisiciones de aseguradoras norteamericanas por parte de sus pares de Europa Occidental, por un valor conjunto de más de u$s 1.000 millones. Por otro lado, las compañías norteamericanas mostraron mucho menos entusiasmo en expandirse en Europa: apenas seis acuerdos durante el mismo período.

Las aseguradoras europeas son importantes en el mercado de retiro de EE.UU: cinco de los veinte mayores proveedores de anualidades en el país por volumen de ventas son propiedad de grupos del Viejo Continente, según datos de la cámara nacional, Limra.

Muchas aseguradoras europeas obtienen una gran proporción de sus ventas en el país. Sin embargo, para resaltar las dificultades en el mercado norteamericano, MetLife informó la semana pasa que reduciría sus negocios con anualidades variables. Éstas están entre los productos potencialmente más problemáticos, porque tienden a ofrecer un retorno mínimo garantizado a los consumidores a pesar de que los portfolios inviertan en capitales o en valores de ingreso fijo menos volátiles. "Hay un montón de productos de tipo de garantía en el mercado norteamericano de seguros de vida, y son mucho más duros que los ofrecidos en Europa", afirma Toby Langley, analista de Barclays.

Con todo, sus rivales sostienen que este atrincheramiento les da una oportunidad. "Atravesamos la crisis sin ningún tipo de problemas", cuenta Mike Wells, jefe de Jackson. "La crisis financiera hizo pensar a los competidores que se trataba de una carrera. Nosotros mantuvimos nuestros precios en medio de una guerra por los de las garantías y sus tarifas". Sin embargo, a pesar de todas las dificultades sufridas por algunos operadores en EE.UU., el tamaño del mercado sigue siendo un inmenso atractivo.

"Para las aseguradoras europeas con aspiraciones globales es muy importante tener una posición fuerte en el país", afirma Simon Harris, director de gestión de Moody's. Si bien la competencia puede ser más intensa que en el Viejo Continente, la situación en general es mucho mejor que la de los mercados domésticos europeos.

Wells, de Prudential, alaba los beneficios de la diversificación transatlántica: "los ciclos comerciales son diferentes, lo que nos da ganancias mucho más sólidas y equilibradas. Eso no es algo intangible". Wells sostiene que la macrotendencia del envejecimiento de los babyboomers, que en si fue lo que atrajo a las aseguradoras europeas a EE.UU., sigue siendo un factor válido porque "ahora mismo, entre ocho mil y diez mil de ellos cumplen 65 años cada día".