Las importaciones no están seduciendo a nuevas empresas en Brasil. Desde 2005 la cantidad de firmas importadoras aumentó año a año de forma significativa e ininterrumpida. Pero a partir de mayo pasado esa tendencia perdió el ritmo y se prevé que la cantidad de importadores se mantenga estable en relación a 2011.

Según datos del ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior (Mdic), 32.307 empresas realizaban importaciones hasta mayo. Es decir, 603 más que en los primeros cinco meses del año pasado. La diferencia del número de empresas fue cayendo mes a mes y al considerar los primeros nueve meses del año se registraron solamente 228 empresas importadoras más que en el mismo período de 2011.

Sin embargo, los especialistas aseguran que el movimiento refleja mucho más la desaceleración doméstica y no significa que haya una recuperación de espacio del productor local en lugar del proveedor externo.

El cambio estabilizado en un nivel próximo a R$ 2 también contribuyó a que las importaciones perdieran atracción, pero no consiguió que más empresas adhieran a la exportación.

Rodrigo Branco, economista de la Fundación Centro de Estudios de Comercio Exterior (Funcex), dijo que el aumento de empresas exportadoras tiene que ocurrir a través de la diversificación de productos vendidos al exterior. Para eso, nuevas empresas necesitan sumarse a la exportación, principalmente las de mediano y pequeño porte, que también podrían traer productos de mayor valor agregado a los embarques. La exportación está muy concentrada en algunos productos y también en un número de empresas, argumentó el economista de Funcex.

Actualmente el mineral de hierro, la soja y el petróleo, los tres principales productos embarcados por Brasil, responden por 30,5% del valor exportado. Entre enero y septiembre de este año, apenas 240 empresas fueron responsables por 78,1% de los valores embarcados. Ese grupo de firmas exportó más de u$s 100 millones.

José Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), dijo que el escenario actual no es muy propicio para atraer empresas hacia la exportación. Aunque el cambio se convirtió en un factor favorable, la desaceleración de la demanda internacional y las señales de recuperación lenta son desestimulantes.

En el caso de Brasil el efecto Argentina también marca una diferencia para las exportaciones, dijo De Castro. Las medidas de restricción a las importaciones que impuso el gobierno argentino, inclusive para las de origen brasileño, contribuyen a derribar más la cantidad de empresas que exportan. El país vecino muchas veces es el principal destino de las ventas al exterior de algunas empresas en sectores como textil o calzados, por ejemplo. Entre enero y septiembre, los embarques a Argentina cayeron 20,2%, una reducción más importante que la caída del promedio total, de 4,95%.

Para Branco, además del escenario internacional, los obstáculos burocráticos internos traban la ampliación del número de empresas que exportan. Para estimular a las firmas pequeñas y medianas a enfocarse en el mercado externo se necesita una política de gobierno específica, aseguró. Hay algunos programas en ese sentido, pero es preciso contar con una política más amplia, persistente y de largo plazo en ese sentido, argumentó.

Con respecto a los desembarcos, la estabilización de la cantidad de empresas que importan este año no significa, necesariamente, una nueva tendencia, según Branco. Aunque el dólar se mantenga cerca de R$ 2, la cantidad de importadores puede volver a crecer si hay una aceleración de la economía doméstica el próximo año, estimó el economista.