La recuperación de Estados Unidos de la mano de la industria puede no ser una buena noticia para varios mercados emergentes, como Brasil, según un informe del banco de inversiones Morgan Stanley divulgado este mes.

El punto es que un crecimiento sostenido por la manufactura colocará a Estados Unidos como competidor de muchos países en desarrollo, y no como consumidor.

La reindustrialización de Estados Unidos está en curso. Con el costo más bajo de la energía, por el boom del gas de esquisto, el cambio más competitivo y el aumento de los gastos de transporte (que encarece operaciones fuera del país), la fabricación de manufacturas resulta más atractiva.

En los últimos años, un creciente número de empresas decidió traer de vuelta al país parte de la producción del exterior, como Ford, Caterpillar y General Electric (GE). La buena salud financiera de las empresas estadounidenses y el aumento de los costos laborales en países como China contribuyen a sustentar la tendencia, que parece ir más allá de una recuperación cíclica.

Los datos de empleo indican alguna recuperación del sector de manufacturas, aunque no sean espectaculares. Desde enero de 2010, cuando alcanzó el menor nivel de empleo pos crisis, el segmento creó casi 520.000 puestos en Estados Unidos, elevando el total de trabajadores a casi 12 millones en febrero de este año.

Es 13% inferior con respecto a los 13,7 millones de finales de 2007, año en que se inició la crisis financiera, y 32% menor que los 17,6 millones de abril de 1998, el pico que se alcanzó en los años 90.

La combinación de varios factores hace que el ambiente actual sea el más favorable en décadas para las manufacturas en Estados Unidos, dijo Robert McCutcheon, responsable por productos industriales de PriceWaterhouseCoopers (PwC). Para McCutcheon, el pirncial es la caída de los costos de energía, provocada principalmente por el desarrollo de la explotación de gas de esquisto. Existe energía barata y abundante. Eso aumenta la competitividad de la industria. Según un estudio del banco de inversiones Morgan Stanley, el gas en Estados Unidos cuesta hoy el equivalente a un cuarto del promedio global.

En un mundo en que la demanda global permanece contenida, un sector manufacturero más fuerte en Estados Unidos peleará por una participación mayor de los mercados, generando presión sobre los emergentes, de acuerdo al estudio. Para los analistas, Brasil, China, Corea del Sur, Taiwán, Malasia, Chile y Rusia son potenciales perdedores en un escenario de reindustrialización americana exitosa.

En el caso brasileño, las aspiraciones de expansión de una industria de manufacturas maltratada, en términos de volumen y sofisticación, pueden frustrarse, de acuerdo al informe titulado ¿El crecimiento sustentable en Estados Unidos puede ser una mala noticia para los mercados emergentes?.

Parta Morgan Stanley, Brasil puede sufrir directamente, con el impacto del fortalecimiento de la industria americana, y también de manera indirecta, porque México tiende a beneficiarse de la reindustrialización de su vecino. El efecto negativo sería que los mexicanos atraerían una mayor producción de automóviles.

Sin embargo, el informe observó que una industria más fuerte en Estados Unidos aumentaría la demanda por mineral de hierro brasileño. El tema es que la combinación de una débil producción de manufacturas con una demanda expresiva por una commodity como el mineral de hierro podría agravar el problema de la enfermedad holandesa (el fenómeno por el cual las exportaciones de commodities valorizan mucho el cambio, afectando a los sectores productores de manufacturas).

El estudio señala a México como único ganador entre los emergentes. Uno de los motivos es la vinculación del país al ciclo de la industria americana.