

La vicepresidenta Yolanda Díaz aseguró en el Congreso que continuará su labor pública. Recalcó que “ni un corrupto, ni un machista” la detendrán. Respondió así a críticas del PP sobre casos recientes.
La intervención se dio en un pleno cargado de tensión. La portavoz popular Ester Muñoz cuestionó la permanencia de Díaz en medio de lo que llamó un “olor nauseabundo”. La frase apuntaba a casos de corrupción y machismo dentro del PSOE.
Díaz rechazó las acusaciones y defendió su rol en el Gobierno de Pedro Sánchez. Señaló que su objetivo es seguir aplicando medidas para “mejorar la vida de la gente”.

Un cruce directo por corrupción y machismo
El eje central del enfrentamiento fueron las acusaciones del PP sobre supuesta corrupción en el Gobierno. Muñoz remarcó que casos como los de “Santos Cerdán, José Luis Ábalos o Paco Salazar” no serían hechos aislados.
La diputada criticó además la ausencia de siete ministros en el pleno. Dijo que la vicepresidenta se había quedado sola para “defender al Ejecutivo de todos los casos de corrupción y de acoso sexual que les rodea”.
También ironizó sobre la ministra María Jesús Montero. Sostuvo que fue “muy valiente para cubrir los casos de acoso sexual contra compañeras suyas y muy cobarde” para comparecer.
La respuesta de Yolanda Díaz: firme y orientada a políticas públicas
La ministra afirmó que el PP no tiene propuestas reales contra la corrupción. Dijo que a la oposición le importa “un rábano” el problema. Recordó que Sumar presentó quince iniciativas concretas.
Díaz insistió en que seguirá en el Gobierno con medidas sociales. Mencionó la suba del salario mínimo y la congelación de la revalorización del arrendamiento. Añadió que si su espacio se retira, “vuelven los recortes, vuelven las privatizaciones… y vuelve lo peor de la política en nuestro país”.
El discurso se centró en la defensa de políticas laborales y en señalar a la oposición como promotora de ajustes y retrocesos.
Un debate que marca el final del año político
El cruce ocurre en el último pleno parlamentario del año. La ausencia de ministros generó más tensión en un ambiente ya cargado.
Muñoz cuestionó que no pudiera preguntar a la ministra Pilar Alegría por su reunión con Francisco Salazar. Dijo que los ministros no quisieron “dar la cara”.











