

Durante la inauguración de la quinta asamblea estatal de Podemos, Pablo Iglesias fue contundente al rechazar a los sindicalistas que promueven acuerdos entre el PSOE y el PP para sacar adelante políticas como los presupuestos generales del Estado.
"Váyanse a la mierda los liberados sindicales que defienden esto", exclamó sin rodeos. Aunque no mencionó a nadie en particular, sus palabras llegan tras recientes declaraciones de los líderes de CCOO y UGT a favor de consensos entre los grandes partidos.
Iglesias cuestionó la idea de que una izquierda sindical pueda avalar acuerdos con la derecha, especialmente en un contexto de polarización política. En su visión, este tipo de pactos debilitan a la izquierda y traicionan sus principios fundamentales. Sus palabras resonaron con fuerza entre la militancia de Podemos, en un espacio que busca reposicionarse frente a otras fuerzas de izquierda.

Crítica a Sumar y al concepto de neutralidad institucional
Sin nombrarlos directamente, Iglesias arremetió contra sectores de la izquierda como Sumar por defender que los jueces y periodistas en España son neutrales. En su intervención, afirmó que estas creencias son ingenuas o hipócritas, y que la izquierda no puede seguir sosteniendo ese tipo de relatos sin perder credibilidad. Según él, la democracia liberal solo funciona cuando la izquierda no gana.

También cuestionó la idea de que todos los sectores democráticos compartan un "mínimo común ideológico". En su opinión, ese consenso no existe cuando el poder real (como el judicial o mediático) actúa abiertamente en contra de los intereses populares. Para Iglesias, reconocer esta falta de neutralidad es clave para reorganizar a la izquierda con un enfoque más combativo y realista.
Iglesias dispara contra Garzón y apunta al poder real
Otro de los blancos de Iglesias fue, de manera velada, el exlíder de IU Alberto Garzón, por haber sido vinculado a una consultora asociada al exministro socialista Pepe Blanco.
Aunque Garzón renunció antes de asumir el puesto, Iglesias aprovechó para marcar una diferencia: "Si quisiéramos ganar dinero, le hubiéramos pedido un trabajo a Pepe Blanco, como hacen otros. Nosotros no estamos aquí para ganar dinero, sino para ganar poder".
Este mensaje busca reforzar la idea de que el proyecto de Podemos no se basa en la integración al sistema, sino en disputarlo desde adentro. Iglesias enfatizó que la izquierda debe estar presente en estructuras de poder como el Ejército, la Policía y el Poder Judicial. Tomó como ejemplo al Opus Dei, al que reconoció por su capacidad para formar cuadros de poder, pese a sus diferencias ideológicas.
Llamado a enfrentar a la ultraderecha y repensar el rol de los medios
Iglesias cerró su intervención con un llamado a organizarse frente a la ultraderecha, proponiendo una agenda ambiciosa que incluya medidas como la salida de la OTAN, la nacionalización de sectores estratégicos y una profunda reforma de los medios de comunicación. Según él, estos deben dejar de ser un "privilegio exclusivo de los multimillonarios" y ponerse al servicio de la mayoría social.

El exvicepresidente sostuvo que el enfrentamiento con la ultraderecha debe darse desde posiciones firmes y transformadoras, no con pactos tibios ni moderación ideológica.
Compartió esta visión con referentes internacionales de izquierda como María José Pizarro (Colombia), Clémence Guetté (Francia) y Mayra Mendoza (Argentina), quienes también participaron del panel de debate en la asamblea estatal.













