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El Consejo de Ministros aprobará el próximo martes una transferencia de crédito por 2084 millones de euros al Ministerio de Defensa. Según fuentes oficiales, no se trata de una nueva partida presupuestaria, sino de una reubicación de fondos dentro del presupuesto prorrogado, que busca cubrir gastos previstos por esta cartera.

Desde el Gobierno aclaran que la medida no está relacionada con el compromiso asumido ante la OTAN de elevar el gasto en defensa al 2% del PIB antes de 2029.

Sin embargo, la decisión se conoce en un contexto de creciente presión internacional para que los países aliados incrementen significativamente sus presupuestos militares.

El Gobierno destinará más de 2000 millones extra a Defensa, pero niega que sea parte del plan hacia el 2% del PIB. Fuente: archivo.
El Gobierno destinará más de 2000 millones extra a Defensa, pero niega que sea parte del plan hacia el 2% del PIB. Fuente: archivo.

¿Una simple reestructuración o un paso silencioso hacia el aumento del gasto militar?

Aunque el Ejecutivo asegura que esta transferencia no responde a objetivos estratégicos vinculados con la OTAN, el contexto político parece indicar lo contrario.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha insistido en que los países miembros de la Alianza deberían llevar su gasto militar incluso al 5 % del PIB. Mientras tanto, España aún no ha hecho público el porcentaje real invertido en Defensa en 2024 según los criterios de la organización.

El Gobierno destinará más de 2000 millones extra a Defensa, pero niega que sea parte del plan hacia el 2% del PIB. Fuente: archivo.
El Gobierno destinará más de 2000 millones extra a Defensa, pero niega que sea parte del plan hacia el 2% del PIB. Fuente: archivo.

La medida tampoco es inédita: ya en marzo se habían transferido otros 344 millones al Ministerio de Defensa por necesidades operativas. Al estar el presupuesto general prorrogado, este tipo de modificaciones internas se ha vuelto más frecuente.

Pero la cercanía de la próxima cumbre de la OTAN en junio, en la que se espera la primera reunión entre Sánchez y Trump desde el nuevo mandato del presidente estadounidense, agrega peso político a la discusión.