El futuro de las pensiones jubilatorias se ha convertido en uno de los grandes desafíos para Europa. La combinación de una población envejecida, una natalidad en retroceso y un gasto social en aumento está poniendo contra las cuerdas a los sistemas públicos de jubilación.
En Alemania, el debate ha cobrado fuerza tras las declaraciones del canciller Friedrich Merz, quien advirtió a finales de agosto en un acto de la CDU que "el Estado del bienestar que tenemos hoy ya no es sostenible financieramente".
El mensaje, recogido por medios internacionales como Financial Times, llega en un momento crítico para el Ejecutivo germano, que busca soluciones urgentes ante el déficit del sistema de pensiones.
Entre las medidas que se barajan destaca una propuesta novedosa: un plan de ahorro para menores de entre seis y 18 años, que recibirían una aportación estatal de diez euros al mes, acumulando en 12 años un capital inicial de 1440 euros.
Con este modelo, conocido como Frühstart-Rente o "pensión de inicio temprano", el Gobierno de Berlín pretende combinar la tradición del sistema de reparto con una base de ahorro privado que alivie la presión sobre las cuentas públicas. La idea no es nueva, pero nunca había llegado tan lejos en el debate político alemán.
Reforma de pensiones en Alemania: un ahorro desde la infancia
Según lo planteado, los menores beneficiados podrían seguir alimentando su cuenta tras alcanzar la mayoría de edad, y las ganancias estarían exentas de impuestos hasta la jubilación. El coste del subsidio se estima en unos 1500 millones de euros anuales.
La lógica detrás del plan es clara: generar desde temprano un colchón financiero que complemente la futura pensión pública. Así, no se trata de un salario ni de un subsidio para las familias, sino de un incentivo estructural al ahorro y a la cultura de inversión a largo plazo.
El debate sobre esta propuesta llega acompañado de otras reformas que ya están en marcha. Entre ellas, el aumento gradual de la edad de jubilación, que pasará de 66 a 67 años en 2031, y la posibilidad de reincorporarse al mercado laboral sin perder la pensión, con ingresos exentos de impuestos de hasta 2000 euros al mes.
Crisis demográfica y presión sobre el sistema público
El desafío es eminentemente demográfico. De acuerdo con el Instituto de Investigación Económica de Colonia (IW), en 2036 cerca de 19,5 millones de alemanes del baby boom estarán jubilados, mientras que solo 12,5 millones de nuevos trabajadores se habrán incorporado al mercado laboral.
El desfase amenaza con agravar el déficit estructural y poner en jaque a un sistema que, desde su creación por Otto von Bismarck en 1889, se erige como uno de los pilares del Estado del bienestar.
La situación alemana refleja un problema común en Europa. En España, por ejemplo, el gasto en pensiones ya supera el 13% del PIB y podría alcanzar el 15% en 2050, según el Banco de España. Con una esperanza de vida por encima de los 83 años y un mercado laboral cada vez más tensionado, los expertos coinciden en que las reformas estructurales son inaplazables.
Un debate que trasciende fronteras
La advertencia de Merz no se limita a Alemania. En toda Europa, la sostenibilidad de los sistemas de pensiones está en el centro del debate político y social. La pregunta es cómo equilibrar suficiencia y sostenibilidad sin poner en riesgo la cohesión social.
El plan alemán es limitado en cifras pero envía un mensaje potente: las futuras generaciones deberán asumir que la jubilación no podrá sostenerse únicamente con las cotizaciones actuales.
La propuesta de un ahorro desde la infancia, complementada con incentivos para retrasar la jubilación y fondos de capitalización, se perfila como una posible hoja de ruta para otros países europeos.
Lo que parece indiscutible es que el modelo de pensiones de reparto, concebido en el siglo XIX, ya no se ajusta a las necesidades de las sociedades del siglo XXI. El Estado del bienestar, en su diseño actual, enfrenta un dilema histórico que obligará a repensar cómo garantizar la seguridad económica de los mayores sin comprometer a los trabajadores del futuro.