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Desde el pago inmediato del impuesto de sucesiones hasta el temor a las deudas ocultas, muchas personas renuncian a una sucesión por no tener solvencia. Pero existe un procedimiento, explicado por el abogado Andrés Millán, que está cambiando las reglas del juego.

Según el jurista, hay una manera de heredar sin que el heredero pague "ni un euro" y evitar sorpresas desagradables. Su propuesta combina una lectura certera de la normativa de ley de sucesiones y donaciones y una gestión directa con la entidad bancaria del fallecido.

Cómo funciona este método

Para acceder a este método, el heredero solo debe acudir al banco donde el fallecido tenía sus fondos y presentar tres documentos clave:

  • El certificado de defunción
  • El certificado del Registro de Actos de Última Voluntad
  • Una copia autorizada del testamento o de la declaración de herederos abintestato.

Con la documentación en mano, el siguiente paso es sencillo: solicitar que el banco emita un cheque directo a Hacienda usando la cuenta del fallecido, cubriendo así el impuesto correspondiente.

En un video publicado en su cuenta de TikTok, Millán lo simplifica: "emitirá un cheque a Hacienda, sin comisiones". De esta forma, el heredero no pone ni un céntimo propio.

Este procedimiento aprovecha de forma legal la posibilidad de que el pago del impuesto se haga con el dinero heredado, sin adelantar fondos personales. Una solución eficiente para quienes carecen de liquidez inmediata.

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Guía: NO PAGUES AL HEREDAR.

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Cómo heredar sin riesgo a obtener deudas del fallecido

Millán también recomienda aceptar la herencia a beneficio de inventario, una figura jurídica esencial para evitar que las posibles deudas del causante afecten al patrimonio del heredero. "Acepta siempre la herencia a beneficio para no pagar con tus bienes las deudas del causante", indica.

Esta fórmula separa lo propio de lo hereditario, evitando que las cargas del fallecido alcancen el dinero o bienes del heredero. Así, si la herencia tiene deudas superiores a los activos recibidos, el heredero quedaría indemne frente a endeudamientos inesperados.

Cómo se debe calcular el impuesto de sucesiones

El impuesto de sucesiones se calcula según el valor neto del patrimonio del fallecido (activos menos deudas), y aplica una tarifa progresiva entre el 7,65% y el 34%, más un coeficiente multiplicador basado en el patrimonio previo del heredero.

Las comunidades autónomas tienen autonomía para aplicar reducciones y bonificaciones. Por ejemplo, Madrid ofrece una bonificación del 99% o incluso exenciones totales para los herederos directos. Esto implica que, para muchos, el impuesto puede quedarse en una cifra simbólica o cercana a cero.

Sin embargo, en otras comunidades como Cataluña o Valencia, los tipos pueden dispararse y exigir un asesoramiento fiscal específico. Por eso, conocer la legislación local es clave para optimizar el procedimiento y evitar pagar de más.

Otras formas de para pagar menos por la sucesión

Aunque la vía del cheque bancario es directa, existen otras estrategias legales básicas para ahorrar o planificar la sucesión:

  • Donaciones en vida: fraccionar el patrimonio antes del fallecimiento puede reducir la carga fiscal, aunque con sus propios costes fiscales (IRPF, plusvalía).

  • Aplazamiento o fraccionamiento del pago fiscal: la Agencia Tributaria permite solicitar facilidades cuando el heredero carece de liquidez.

  • Empadronamiento en comunidades con exenciones: cambiar la residencia fiscal antes de heredar puede reducir o eliminar el impuesto.

Estas opciones, combinadas con la vía bancaria señalada por Millán, conforman una hoja de ruta para recibir una herencia sin sorpresas financieras.

Cuál es el futuro del impuesto a la sucesión

Algunos partidos políticos proponen reformar el impuesto de sucesiones y donaciones para homologarlo a nivel estatal. De prosperar, estas iniciativas podrían modificar bonificaciones y tipos entre comunidades autónomas.

Por ahora, la disparidad regional sigue vigente: los herederos en Madrid o Extremadura pueden disfrutar de tasas casi simbólicas, mientras en Cataluña o la Comunidad Valenciana la fiscalidad sigue siendo más gravosa.