La pensión por incapacidad permanente es uno de los apoyos sociales más importantes para aquellos españoles no pueden continuar trabajando por una enfermedad o accidente. Esta prestación contributiva asegura un ingreso mensual que, en los casos más altos, puede superar los 3059 euros.
Sin embargo, la Seguridad Social recuerda que estas ayudas no son vitalicias en todos los casos. Existen revisiones periódicas y requisitos estrictos que pueden llevar a la suspensión o pérdida de la prestación si no se cumplen las condiciones establecidas.
Cómo saber si se cumplen los requisitos de la Seguridad Social
Acceder a la pensión por incapacidad permanente requiere cumplir varios criterios. Entre los principales:
Estar dado de alta o en situación asimilada al alta en la Seguridad Social.
Para menores de 31 años: haber cotizado al menos la mitad del tiempo transcurrido desde los 16 años hasta la fecha del hecho causante.
Para mayores de 31 años: haber cotizado un mínimo de un cuarto del tiempo desde los 20 años hasta la fecha del hecho causante, con al menos cinco años de cotización.
Someterse a una evaluación del Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI).
No superar los umbrales de ingresos establecidos según la composición familiar.
El incumplimiento de cualquiera de estos puntos puede implicar la denegación inicial o la retirada posterior de la ayuda.
Estos son los motivos por los que se puede perder esta pensión
La Seguridad Social advierte de varias situaciones que pueden provocar la suspensión de la pensión:
Mejoras de salud: si en una revisión médica se determina que el beneficiario puede reincorporarse al mercado laboral.
Incompatibilidad laboral: realizar trabajos que excedan las limitaciones reconocidas por el grado de incapacidad.
Falsedad o fraude: aportar información falsa o incurrir en conductas que contradigan la enfermedad declarada.
Incumplimiento de tratamientos: abandonar sin justificación las terapias o rehabilitaciones prescritas.
En todos estos casos, el INSS puede iniciar el procedimiento para suspender o retirar el subsidio, con la posibilidad de que el beneficiario deba devolver los importes cobrados de forma indebida.
Qué ocurre con la pensión al llegar a la jubilación
Uno de los cambios más importantes llega al cumplir la edad ordinaria de jubilación. En ese momento, la pensión de incapacidad permanente se transforma en pensión de jubilación, adaptándose a las condiciones que marca la normativa para los pensionistas.
Eso significa que la ayuda no desaparece, pero sí se recalcula bajo el régimen de jubilación. Esto implica cambios en la cuantía y en la naturaleza de la prestación, lo que obliga a los beneficiarios a planificar con antelación este tránsito.