

Consciente que aún le queda mucho por hacer para acercarse a sus principales rivales europeos en lo que hace a su capacidad industrial en Defensa, Indra está estudiando su fusión con Escribano Mechanical and Engineering (EM&E Group), empresa de los hermanos Ángel - presidente de Indra - y Javier Escribano - presidente de EM&E Group -, quienes poseen el 50% del capital cada uno. Noticia que recibió el mercado con un castigo a la acción que baja un 3,95% a las 14:00 horas.
De acuerdo a la información, no confirmada por Indra, la tecnológica habría encargado a KPMG realizar un estudio preliminar de la compañía para analizar la operación, cuyo valor podría rondar los 1000 millones de euros. Aunque EM&E afirmó que no está venta, en diversas informaciones publicadas recientemente confirmaron este interés de Indra, según fuentes de Europa Press.
Por su parte, Javier Escribano, presidente de EM&E y miembro del consejo de administración de Indra, salió a marcar territorio declarando que EM&E vale mucho más de 1000 millones de euros. Lo cierto es que se abre una negociación no muy habitual en el ámbito de las fusiones, ya que los dos principales protagonistas son contendientes y socios a la vez en ambas compañías.
Tampoco hay que dejar a un lado el rol del Estado, ya que Ángel llegó al principal despacho de Indra a propuesta de la SEPI, tras la salida de Marc Murtra para asumir como presidente de Telefónica.
Así las cosas, hay que destacar que EM&E Group es el segundo mayor accionista de Indra, con una participación del 14,3%, sólo por detrás de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que controla el 28% de la propiedad.
La operación se llevaría a cabo a través de una permuta de acciones, evitando así una compra directa de EM&E por parte de Indra.
El sentido de la operación se entiende en la necesidad de Indra de ganar músculo en el sector de Defensa porque recibirá importantes inversiones, tras los anuncios del Ejecutivo español de incrementar la inversión en seguridad y defensa hasta el 2% del PIB, con un gasto adicional de 10.471 millones de euros a lo largo de este año; y de la propia Unión Europea (UE), que prometió inyectar a Defensa otros 800.000 millones.
También en el intento fallido de Indra por hacerse con Santa Bárbara Sistemas, tras el rechazo a negociar la venta de su propietaria, la norteamericana General Dynamics. Con todo, la firma estadounidense propuso a la española una alianza para fabricar conjuntamente en Asturias. Como si se tratase de una partida de dominó, Indra encadenó estos movimientos mostrando interés en adquirir una planta de Duro Felguera en Gijón.

Beneficios de la fusión para Indra
En este escenario, la fusión con EM&E le abriría las puertas a Indra al negocio de armamento, rubro en el que la empresa mostró interés en intervenir más activamente.
En efecto, EM&E es muy fuerte en el desarrollo de torretas para tanques y vehículos blindados, ya que forma parte del consorcio Tess Defence junto a Indra, Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas. Este holding tiene contratos millonarios con el Ejército español, entre los que destacan la fabricación de los 8x8 Dragón y el Vehículo de Apoyo Cadenas (VAC), valuados ambos acuerdos en 2000 millones de euros cada uno.
Vale recordar que Indra creó la filial Indra Land Vehicles, para la fabricación de vehículos militares. Paralelamente, la empresa amplió su presencia en el negocio aeroespacial con la adquisición mayoritaria de Hispasat, con la compra Redeia, dueña del 89,68% del operador de servicios satelitales, y por la que pagó 725 millones de euros.
Asimismo, Indra tiene en carpeta incrementar su participación en Hisdesat, la división de satélites militares de Hispasat. Hay más: la tecnológica tiene bajo estudio aumentar su participación en ITP Aero, una empresa vasca de motores para aviones. En relación a este probable movimiento, Ángel Escribano afirmó que la adquisición de ITP Aero es un objetivo a largo plazo para la empresa, "sobre todo si el fondo Bain Capital decide desinvertir en la compañía vasca".
¿Qué dicen los analistas?
Bankinter sostiene que la operación, aunque tendría sentido estratégico, también sería probablemente dilutiva para Indra. El banco explica que "el sentido estratégico deberá compensar la probable dilución del beneficio por acción (BPA) en el corto plazo, aunque no podemos afirmar esto con rotundidad debido a la insuficiencia de datos sobre EM&E. La operación podría acelerar la venta de Minsait Payments, la cual probablemente se realizaría a múltiplos superiores (EV/EBITDA de 24 12,5 veces/15,0 veces) y eso juega a favor de Indra, también en términos de BPA".
Renta 4 cree que como Indra necesita aumentar su capacidad industrial para adjudicarse nuevos contratos de Defensa, y participar en nuevos programas europeos ante el fuerte aumento previsto del gasto en Defensa en España y del resto de países de la OTAN, "la compra de EM&E Group es una buena opción tras la negativa de General Dynamics de vender Santa Bárbara, un grupo sobre el que Indra habría mostrado interés con el objetivo de avanzar en su propósito de crear un gran grupo de Defensa".
Punto seguido, los analistas del banco de inversión ven muy probable que esta operación se cierre dada la estructura accionarial de Indra, la gran vinculación de los hermanos Escribano en Indra y el interés generalizado por dotar a Indra de una mayor estructura. Con todo, sostienen que "nuestra principal preocupación estaría en el cumplimiento de criterios de gobernanza".
Los analistas de Banco Sabadell, tras recordar que actualmente EM&E ya está presente en el capital de Indra, afirman que "aunque la operación incrementaría la exposición de Indra a Defensa y mejoraría la rentabilidad del grupo, adicionalmente, dada la vinculación accionarial, la acogida tendría sesgo negativo".
"Entendemos que dadas las supuestas dimensiones de la misma (26% capitalización y 2 veces EBITDA) y tras el cierre de la compra de Hispasat que dejaría la ratio de apalancamiento en 1,4 veces DFN/EBITDA, la operación podría hacerse con acciones, puesto que sino el apalancamiento ascendería a 3,4 veces DFN/EBITDA, por encima de los objetivos marcados por la compañía (1 veces DFN/EBITDA para 2026)", argumentan.
Los expertos de Bankinter recomiendan para Indra 'comprar' con un precio objetivo de 36,8 euros por acción, "porque saldrá beneficiada del aumento del gasto en defensa y, además, es la compañía de defensa que cotiza a unos múltiplos más bajos (PER 26e 11,8 veces vs 31,9 veces Rheinmetall, 21,6 veces Leonardo y 22,5veces Thales)", por eso, añaden, "Indra forma parte de nuestra Cartera Temática de Defensa y de nuestra Cartera Modelo Española".













