

- ¿Qué fue la Ley Beckham y qué efectos tuvo en España?
- ¿En qué se diferencia la Ley Mbappé de la Ley Beckham?
- ¿Vulneran estas leyes el principio de igualdad fiscal?
- ¿Qué pasa si una ley beneficia casi exclusivamente a deportistas extranjeros?
- ¿Es legal ofrecer exenciones fiscales aunque se rompa la progresividad?
Desde que se aprobó en 2005, la Ley Beckham ha generado tanto adhesiones como críticas dentro del panorama fiscal español. Concebida como una herramienta para atraer talento extranjero, se convirtió con los años en un régimen cuestionado, especialmente por su aplicación a deportistas de élite.
En 2023, su marco fue actualizado por la Ley de Startups, y hoy coexiste con una nueva normativa madrileña: la Ley Mbappé, dirigida a grandes inversores que fijan su residencia fiscal en la capital.
Ambas leyes introducen beneficios fiscales relevantes y están en el centro del debate sobre igualdad tributaria, inversión extranjera y el uso del sistema impositivo como herramienta para dinamizar la economía.
"El verdadero test de constitucionalidad para estas leyes no reside únicamente en su existencia, sino en su proporcionalidad y en el impacto económico real que generan", explicó a El Cronista España el abogado Ángel Sánchez, socio de Golden Partners, despacho especializado en real estate y asesoramiento legal en España.
Desde Madrid, Sánchez analiza en detalle qué implicaciones tienen ambas normativas, sus diferencias clave, sus límites legales y hasta qué punto cumplen con el principio de igualdad fiscal consagrado en la Constitución Española.
¿Qué fue la Ley Beckham y qué efectos tuvo en España?
La Ley Beckham, oficialmente regulada por el artículo 93 de la Ley del IRPF y el Real Decreto 687/2005, nació con un objetivo claro: "atraer a España a profesionales altamente cualificados desplazados desde el extranjero", señala Sánchez.
A través de un régimen fiscal especial, quienes se acogieran tributaban como no residentes por sus ingresos generados en España durante seis años, con una tasa del 24% hasta 600.000 euros y del 47% en adelante.
Su impacto fue doble. Por un lado, mejoró la competitividad de empresas nacionales y atrajo a miles de ejecutivos, emprendedores y profesionales internacionales que, en muchos casos, se quedaron como residentes permanentes.
Por otro, generó una "fuerte tensión con los principios de equidad y progresividad fiscal", especialmente cuando su uso se popularizó entre deportistas, lo que motivó una reforma en 2010 que los excluyó del régimen.
Desde enero de 2023, la Ley fue reformada por la Ley de Startups para incluir también a nómadas digitales, emprendedores y directivos de empresas sin una participación mayor al 25%. Eso sí, deben solicitar el régimen especial dentro de los seis meses posteriores a su alta en la Seguridad Social.
¿En qué se diferencia la Ley Mbappé de la Ley Beckham?
Mientras que la Ley Beckham es estatal y está dirigida principalmente a ejecutivos trasladados, la Ley Mbappé -aprobada por la Asamblea de Madrid en noviembre de 2024- es una deducción autonómica en el IRPF. "La gran diferencia es que la Ley Mbappé exige residencia fiscal en Madrid durante seis años, mientras que la Ley Beckham solo fija un periodo máximo de seis años, sin mínimo obligatorio", remarcó Sánchez.
Entre otras diferencias clave, destaca:
Público objetivo: la Ley Beckham se orienta a trabajadores extranjeros con altos ingresos; la Ley Mbappé apunta a grandes inversores, incluidos family offices, managers de fondos, e incluso jubilados con rentas elevadas que se muden a Madrid.
Ámbito de aplicación: la primera se aplica a todo el territorio español, mientras que la segunda solo a residentes fiscales en la Comunidad de Madrid.
Modelo de declaración: la Ley Beckham se presenta a través de un régimen especial, mientras que la Ley Mbappé se refleja como una deducción del 20% en el modelo estándar del IRPF (modelo 100).
Además, ambas leyes son excluyentes entre sí. "El contribuyente debe optar por una u otra. No se pueden acumular los beneficios", puntualizó el socio de Golden Partners.
¿Vulneran estas leyes el principio de igualdad fiscal?
La legalidad de ambas normativas ha sido cuestionada en algunos sectores, especialmente por el posible trato preferencial que ofrecen a ciertos colectivos. Sin embargo, según Sánchez, "son compatibles con el artículo 31 de la Constitución Española, siempre que se cumplan tres condiciones: finalidad legítima, aplicación objetiva y control temporal".
A su juicio, "el sistema puede tolerar tratamientos fiscales diferenciados si el beneficio colectivo justifica el coste en términos de desigualdad momentánea". Es decir, si atraer talento o inversión genera empleo, activa sectores estratégicos y mejora la competitividad regional, se justifica el trato fiscal diferencial.
Eso sí, el abogado advierte que "si el incentivo fiscal está limitado en el tiempo, requiere condiciones claras y contribuye al interés general, no tiene por qué ser considerado discriminatorio, como no lo es en ni en el caso de la Ley Beckham ni en el de la deducción autonómica por invertir dentro o fuera de la capital española".
¿Qué pasa si una ley beneficia casi exclusivamente a deportistas extranjeros?
Una de las críticas más comunes a este tipo de leyes es que pueden terminar favoreciendo, de facto, a deportistas extranjeros, lo que plantea riesgos jurídicos. "Aunque una norma no mencione a los deportistas, si los beneficia casi exclusivamente, puede incurrir en una discriminación indirecta", explicó el experto.
Este fue uno de los motivos por los cuales la Ley Beckham fue modificada en 2010. "Los residentes fiscales españoles que ejercían actividades similares veían cómo pagaban más impuestos por el mismo trabajo", agregó.
En estos casos, puede haber conflictos con el principio de equidad fiscal y abrir la puerta a impugnaciones constitucionales, especialmente si no se justifica claramente el objetivo económico del régime.
¿Es legal ofrecer exenciones fiscales aunque se rompa la progresividad?
La Constitución Española permite incentivos fiscales diferenciados, siempre que su aplicación sea proporcionada y persigan un objetivo legítimo. "La progresividad no implica que todos paguen lo mismo, sino que el esfuerzo fiscal se adecue a la capacidad económica", recuerda Sánchez.
En este sentido, una deducción como la de la Ley Mbappé puede considerarse constitucional si efectivamente estimula la inversión, fomenta la actividad empresarial y mejora los indicadores económicos de la región.
"El equilibrio entre incentivo e igualdad requiere constante revisión legislativa", concluye el socio de Golden Partners, "y, si es necesario, control por parte del Tribunal Constitucional. Hasta hoy, ninguna de estas leyes ha sido impugnada con éxito".
















