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A 124 años luz de la Tierra, orbitando una enana roja, el exoplaneta K2-18b vuelve a estar en el centro de la atención científica. En los últimos meses, este mundo, algo más pequeño que Neptuno, ha sido objeto de debate por la posible presencia de moléculas asociadas a la vida.

Asimismo, las más recientes observaciones con el telescopio James Webb abren un nuevo capítulo: la evidencia de que podría contener un océano de agua en estado líquido.

El interés por K2-18b creció cuando un equipo de investigadores anunció la detección de dimetilsulfuro (DMS) y dimetildisulfuro (DMDS) en su atmósfera, compuestos que en la Tierra solo provienen de la actividad biológica.

Estudios posteriores no confirmaron esa hipótesis, aunque sí permitieron conocer mejor la composición atmosférica del planeta. Ahora, los datos combinados del James Webb y el Hubble aportan un panorama mucho más claro sobre este enigmático exoplaneta.

Vida fuera de la Tierra: nuevas pruebas revelan un océano en un misterioso planeta a 124 años luz de la humanidad. Fuente: ArchivoPhilip Thurston

Científicos confirmaron un exoplaneta rico en agua

Los científicos confirmaron que la atmósfera de K2-18b es rica en hidrógeno y presenta metano y dióxido de carbono en abundancia. "La presencia simultánea de metano y dióxido de carbono, en el nivel de abundancia detectado, solo puede explicarse por medio de una atmósfera masiva con una metalicidad 100 veces superior a la del Sol y una cantidad de agua del 10 al 25% por volumen, o bien, una pequeña atmósfera sobre un océano de agua en estado líquido", explican los autores del estudio.

Si bien no se detectaron señales de DMS o DMDS, ni de amoniaco, la ausencia de este último encaja con la posible existencia de un océano, aunque no es una prueba definitiva. Además, la falta de vapor de agua en la atmósfera podría deberse a una "trampa fría" en capas más bajas, lo que complica su detección directa.

Observaciones que cambian el panorama

Los resultados surgen del análisis de cuatro observaciones recientes del James Webb, centradas en el tránsito de K2-18b frente a su estrella, en el espectro del infrarrojo cercano.

Estos datos fueron contrastados con registros previos de ambos telescopios espaciales, lo que permitió una interpretación más precisa de la estructura planetaria.

Aunque todavía no hay evidencias concluyentes de vida, los investigadores destacan que "nuestros resultados demuestran, de manera concluyente, que el exoplaneta K2-18b tiene un interior rico en agua". Este hallazgo consolida a K2-18b como uno de los candidatos más prometedores para estudiar entornos potencialmente habitables fuera del Sistema Solar.

Vida fuera de la Tierra: nuevas pruebas revelan un océano en un misterioso planeta a 124 años luz de la humanidad. Fuente: Archivoadventtr