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El Gobierno y la Dirección General de Tráfico (DGT) buscan optimizar el tráfico en los centros urbanos mediante la implementación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en todo el territorio español. Estas áreas tienen como objetivo primordial reducir los niveles de contaminación y mejorar la calidad del aire.
La congestión circulatoria se ha convertido en uno de los desafíos más serios para la movilidad en grandes ciudades y zonas turísticas. En este contexto, se prevé que se apliquen más restricciones para la libre circulación.
De acuerdo con las proyecciones de MSI para Ganvam, la asociación que representa a los distribuidores de vehículos en España, se estima que hasta el 87% de los coches adquiridos en 2025 no podrán circular libremente por las ciudades.
Esta situación se debe a que muchos de estos vehículos no cuentan con los distintivos ambientales requeridos para acceder a las ZBE.

Coches que no podrán circular libremente en 2026
Según los resultados del análisis, únicamente el 13% de los vehículos de ocasión que se comercializan podrán superar las restricciones de las Zonas de Bajas Emisiones. Esto se debe a que apenas un 10% de las ventas corresponden a vehículos con etiqueta ECO de la DGT, mientras que poco más del 3% de ellos cuenta con la etiqueta Cero Emisiones.
Los datos proporcionados por el medio Autopista indican que esta cifra tan elevada se debe a que el mercado de segunda mano representa actualmente la mayoría de las transacciones en España. Se estima que por cada coche nuevo se venden al menos 2,1 usados.
Esto implica que la proporción de vehículos en circulación aumenta cada año, mientras que la antigüedad promedio se sitúa por encima de 14 años.
El desafío que enfrentan los conductores con automóviles que no cuentan con una etiqueta ECO o Cero es significativo, ya que su movilidad se verá restringida.
Se estima que las Zonas de Bajas Emisiones en España se localizan en áreas que, en conjunto, albergan más del 60% de la población del país.De acuerdo con el informe, el precio se mantiene como un factor determinante al momento de cambiar de vehículo.
A pesar de que más de un tercio de los compradores busca activamente la etiqueta Cero Emisiones o ECO en el mercado de segunda mano, son pocos los que logran obtenerla. La elevada tarifa de los vehículos ecológicos lleva a los consumidores a optar por modelos más antiguos con etiquetas B y C de la DGT.
Los datos proporcionados por Solera, en colaboración con los registros del MSI del año pasado, demuestran que, de un total de 29.118.072 vehículos, únicamente el 1,2% posee la etiqueta medioambiental “Cero”, mientras que el distintivo “ECO” está presente en solo un 4,7% de los automóviles.
Esto evidencia la escasez de vehículos con combustión sostenible disponibles durante 2024.

Ciudades que implementan restricciones de circulación
Algunas ciudades, como Estepona en Málaga, Madrid en sus Zonas de Bajas Emisiones del Distrito Centro o Getafe, ya han implementado restricciones de acceso para los vehículos con etiqueta B de la DGT en sus respectivas ZBE.
A estas limitaciones se sumarán otras importantes ciudades en los próximos meses, tales como Palma de Mallorca, Málaga, San Sebastián, Reus, Santander, Huelva, Las Palmas, Valladolid y otras localidades que están obligadas a establecer nuevas ZBE por su término municipal.
Además, comunidades autónomas como Cataluña adoptarán medidas más severas, como el Plan de Calidad del Aire. Existen cuatro tipos de distintivos ambientales, cada uno identificado por un color que se coloca en la luna delantera del vehículo.
Estos son:
- Etiqueta 0 emisiones: color azul
- Etiqueta ECO: color azul y verde
- Etiqueta C: color verde
- Etiqueta B: color amarillo
Los vehículos que no tienen distintivo ambiental se consideran un 50% más contaminantes, ya que no cumplen con los requisitos necesarios para ser clasificados como vehículos limpios.
Según la normativa vigente, los coches con etiqueta B son aquellos que, aunque satisfacen ciertos estándares de emisiones, generan un impacto ambiental mayor en comparación con modelos más modernos.
Estas restricciones obligarán a los propietarios de este tipo de vehículos a adaptarse a las nuevas medidas normativas o a considerar la adquisición de automóviles con etiquetas ambientales más eficientes, como la etiqueta C o la distinción ECO.












