En esta noticia

A escala mundial, la educación no se encuentra en su mejor momento. Las redes sociales, la falta de vocación, el exceso de estímulos o la poca planificación e inversión de ciertos países son solo algunos de los motivos detrás de este deterioro. En España, la educación pública es uno de los estandartes de excelencia, pero son muchas las críticas que han recibido estas instituciones en el último tiempo.

Algunas de las observaciones más populares se refieren al método que invita a memorizar en lugar de desarrollar un pensamiento crítico, la poca inculcación a la lectura o la falta de diversidad de opciones que ofrecen los planes de estudio. A todas estas problemáticas se refirió el galardonado profesor Toni García en una charla en el canal de YouTube “David Jiménez – El Director”.

García, reconocido por sus pares con el premio al mejor profesor de España en los Premios Educa Abanca, fue contundente al afirmar que el sistema escolar actual expulsa a los alumnos que no encajan en un molde rígido y obsoleto. Esto genera frustración en muchos estudiantes que no logran calzar en ese “molde” académico tradicional y que llegan a ser considerados como “fracasos escolares”.

Los mayores problemas del sistema educativo español

Según García, el sistema no potencia ni detecta los talentos individuales. Mientras que países vecinos impulsan metodologías flexibles y personalizadas, España sigue anclada en un esquema homogéneo que limita el desarrollo de los alumnos.

“Si un alumno no tiene piano, nos perderemos al próximo Mozart. Si un alumno no tiene posibilidades de jugar al hockey, pues nos perderemos grandes jugadores de hockey”, sentenció con vehemencia en el programa de Jiménez.

Para el profesor, el verdadero cambio pasa por derribar la cultura del miedo al error. En España y en los sistemas que comparten este patrón cultural en Latinoamérica, el fracaso se castiga con el estigma, en lugar de ser visto como un paso natural y necesario hacia el éxito.

“Para mí, la escuela no debería medir a todos como si fueran un bloque homogéneo”, reconocía el docente. “Estoy convencido de que cada alumno tiene un talento o habilidad especial. La clave está en detectarla, potenciarla y encaminarlo en la dirección adecuada”.

La posibilidad de un sistema educativo más justo

García ha explicado cuál sería su sistema educativo ideal, una fantasía que se podría cumplir con la planificación adecuada: “Siempre digo que todos los alumnos deben tener alguna posibilidad de éxito dentro de la escuela. No puede ser que solo triunfe quien memoriza bien o quien sobresale en lengua o matemáticas”.

“La escuela debería ser un lugar donde pueda triunfar tanto un Maradona como un Shakespeare. Si solo puede hacerlo uno de ellos, estamos perdiendo muchísimo talento”, confesó el profesor.

La conclusión de García se enfoca en la importancia de desatar todo el potencial de los alumnos: “Y, una vez detectado el talento, potenciar eso. Si alguien no es brillante en matemáticas, pero hace vídeos increíbles o es muy empático con los demás, ¿por qué no reforzar ese talento?”.