

Cada mes, miles de ciudadanos se suman a la lista de quienes desean obtener el carnet de conducir en España. La demanda crece sin pausa, pero la capacidad del sistema parece estancada.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado una señal de alarma: el número de examinadores es insuficiente para hacer frente al volumen actual de aspirantes.
Así lo ha reconocido su director general, Pere Navarro, en un encuentro organizado por Executive Forum, donde admitió que, aunque la plantilla está cubierta al 98%, los 900 examinadores actuales no bastan para atender una población que ha pasado de 40 a 50 millones de habitantes.
La consecuencia directa es un cuello de botella que puede afectar a miles de conductores y futuros conductores en todo el país.

La DGT alerta que el sistema está al límite
Cada mes se suman 8000 nuevas solicitudes para obtener el carnet respecto al mes anterior. Esto significa que el, a pesar de que el sistema crece, los recursos disponibles no lo hacen al mismo ritmo.
Y aunque en septiembre se incorporarán 118 nuevos profesores y se han anunciado 100 plazas más en la oferta pública de empleo, la sensación de saturación persiste.
La situación también impacta a quienes llegan de Latinoamérica para ejercer como conductores profesionales en España. Estos trabajadores deben convalidar su permiso de conducir, pero se enfrentan a los mismos cuellos de botella en un sistema que no da abasto.
Según Navarro, mantener la exigencia en los exámenes (con un 48% de aprobados en primera convocatoria) es prioritario, pero no soluciona el problema de fondo: la falta de manos para examinar.
Consecuencias de la falta de una ley de movilidad
Navarro ha ido más allá y ha señalado que "las costuras empiezan a chirriar". En su intervención, lamentó que España todavía no cuente con una ley de movilidad, mientras países como Francia ya están implementando la segunda.
Pere Navarro advirtió que la demora parlamentaria
puede derivar en un verdadero "caos" si no se actúa a tiempo.
El responsable de Tráfico también apuntó que las infraestructuras actuales fueron diseñadas para una población mucho menor, lo que agrava los problemas logísticos.
Es por eso insiste en la necesidad de invertir en mantenimiento y conservación de carreteras, un asunto que, según sus palabras, "políticamente no vende" al no poderse inaugurar como otras obras.

Hay soluciones en marcha, pero no son suficientes
Entre las propuestas de la DGT para afrontar la situación, destaca un proyecto piloto con radares móviles que controlarán la velocidad en tramos en obras, una medida que busca reducir los accidentes de los trabajadores viales, de los cuales mueren cuatro cada año, generalmente atropellados.
En materia de seguridad vial, España mantiene buenos indicadores. En 2024 se registraron 28 días sin víctimas mortales en carretera, y en lo que va de este año ya se han contabilizado 18. El objetivo de la DGT es alcanzar los 30 días "cero" antes de que termine el año.
Sin embargo, otros frentes están más debilitados. El 70% del parque automovilístico tiene más de 8 años. El aumento de importaciones de coches usados, antes de gama alta y ahora más antiguos, agrava esta realidad.















