Un jubilado que trabajó años en Air France, Roger, vive desde hace cinco años en un aparcamiento ubicado en el centro comercial Thiais. “Aquí todo el mundo me conoce. Estoy tranquilo, nunca me meto en lío”, explica al medio ActuParís.

A sus 75 años reconoce que está atravesando por un momento de dificultad, pues antes alquilaba un pequeño pabellón con jardín en el Loiret por 480 euros mensuales, pero un día el propietario decidió vender la vivienda. “Lo arruinó todo. Como no podía permitirme comprarlo, me fui a vivir con mi madre, a L’Haÿ-les-Roses”, relata Roger.

Tras compartir varios años piso con su madre, una historia de herencia hizo que este jubilado acabara echado de la casa por sus hijos.
Tras compartir varios años piso con su madre, una historia de herencia hizo que este jubilado acabara echado de la casa por sus hijos.

Roger, jubilado, lleva 5 años viviendo en un estacionamiento: “Si me toca la lotería, me compro una autocaravana”

Luego de haber compartido piso varios años con su madre, una historia de herencia hizo que este jubilado acabara echado de la casa por sus hijos.

Tras este suceso, eligió el centro comercial debido a que lo conoce desde su creación en 1971. “Siempre hay gente, de paso. Puedo hacer mis compras en Carrefour y calentar mis platos en Flunch”, comenta.

También ha explicado que al dormir en el coche está expuesto a temperaturas extremas: “Este verano ha hecho 50 grados en el habitáculo”.

Aunque su pensión es muy limitada, Roger dejó de buscar vivienda. El ayuntamiento de L’Haÿ-les-Roses trató de ayudarlo a encontrar un piso, pero los alquileres resultaron inasumibles para él. Por eso, este jubilado dice que, si algún día gana la Loto, lo primero que hará será comprarse una autocaravana para poder dormir acostado.

Roger, 75 años, lleva 5 años viviendo en un estacionamiento : “Si me toca la lotería, me compro una autocaravana”.
Roger, 75 años, lleva 5 años viviendo en un estacionamiento : “Si me toca la lotería, me compro una autocaravana”.Fuente: ShutterstockShutterstock

No obstante, el dormir en el coche le está pasando factura y cuenta con secuelas como una pierna hinchada con la carne enrojecida: “Los médicos no saben qué es”, lamenta. Estas últimas semanas no ha podido comer nada, dado que había contraído un virus.

Debido a esta situación, un médico de Cruz Roja lo visitó y le dijo que eso se debía a la degeneración macular seca debida a la edad (DMAE), completando el cuadro de una salud frágil y en declive.