La modernización naval se ha convertido en una prioridad estratégica de España. Con el objetivo de mantener la competitividad operativa y tecnológica de sus buques, el Ejecutivo ha activado un ambicioso plan de inversión.
En este contexto, el Gobierno ha decidido anticipar 1280 millones de euros a Navantia para iniciar la modernización de las fragatas clase F-100, conocidas como Álvaro de Bazán, hasta el año 2029, dentro del Plan Industrial y Tecnológico de la Seguridad y la Defensa.
Un impulso desde el Ministerio de Industria
El Ministerio de Industria, dirigido por Jordi Hereu, obtuvo esta semana la aprobación en el Consejo de Ministros para prefinanciar el proyecto de actualización de las fragatas F-100.
Este adelanto de 1280 millones de euros cubrirá parte del coste total, estimado en cerca de 2000 millones de euros, que serán aportados por el Ministerio de Defensa.
La decisión de adelantar fondos permite a Navantia activar con rapidez las tareas de modernización, mejorando sistemas de armas, plataformas eléctricas, sensores y capacidades de combate.
La estrategia potencia una reflexión coordinada entre ambos ministerios: Industria aporta liquidez inicial y Defensa amortiza gradualmente las anualidades previstas.
Qué implica para la industria nacional y la generación de empleo
Más allá de las cifras, el impacto en la industria naval es significativo. Navantia se convierte en protagonista de todos los nuevos programas con un valor conjunto de más de 2300 millones hasta 2031.
Al margen de las fragatas F-100, el plan incluye el buque de aprovisionamiento en combate (380 millones), la actualización de buques anfibios LPD (240 millones), un buque de inteligencia (242 millones) y uno hidrográfico oceanográfico (150 millones).
En esta línea, UGT ha pedido que el contrato para modernizar las F-100 recaiga en los astilleros gaditanos de Navantia, argumentando que el volumen de trabajo sería equivalente a la reparación de unos 250 cruceros, y permitiría mantener actividad prolongada en la Bahía de Cádiz.
Modernización técnica de alta precisión
La actualización técnica responde a un programa de "media vida" iniciado a finales de mayo, con una inversión inicial de cerca de 14 millones de euros destinados a mejorar el procesador del radar SPY que integra el sistema Aegis.
Esta inversión es solo el primer paso dentro del programa que dotará a las fragatas de sensores, sistemas de combate, guerra electrónica, y armamento actualizado.
El plan pretende prolongar la vida útil operativa de las cinco fragatas (Álvaro de Bazán, Almirante Juan de Borbón, Blas de Lezo, Méndez Núñez y Cristóbal Colón) entre 15 y 20 años adicionales, garantizando su alineamiento con los buques más modernos de la F-110.
La meta de esta inversión es mantener una flota europea avanzada, única portadora del sistema Aegis fuera de los Estados Unidos y Japón.
Una inversión con visión de futuro
Este impulso de fondos muestra el compromiso del Gobierno con la modernización militar y el fortalecimiento del sector naval español. Al suportar el arranque del programa, se favorece la actividad industrial, la generación de empleo y el desarrollo tecnológico.
La medida también refuerza el papel de Navantia como actor estratégico en defensa, secunda reclamaciones sindicales -como las de UGT en Cádiz- y aumenta la proyección internacional del buque F-100, cuya tecnología ha servido ya de base para los destructores clase Hobart de Australia.
Con esta apuesta, España busca garantizar que sus fragatas sigan operativas y tecnológicamente punteras hasta mediados del siglo XXI, manteniendo una Armada sólida y preparada para futuras amenazas.