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La idea de que la realidad puede ser vista como un círculo infinito donde cada punto está conectado con otro ha cobrado fuerza entre los científicos y filósofos. En esta línea, una nueva teoría propone que la realidad puede ser entendida como un Ouroboros, la antigua serpiente que se muerde la cola.

Este concepto -publicado por la revista científica Nautilus- sugiere que las explicaciones sobre el mundo físico y las ideas conceptuales que desarrollamos para describirlo están entrelazadas en un ciclo continuo. Así, los científicos estarán ocupados durante el siglo XXI desentrañando este enfoque circular, que podría ser clave para resolver las preguntas más profundas sobre nuestra existencia.

Xilografía de un uróboro de Lucas Jennis incluida en el libro de Lambspring. (Imagen: Wikimedia Commons)

Realidades físicas y conceptuales

Desde hace mucho tiempo, los científicos han debatido si la realidad debe ser descrita a través de estructuras físicas como partículas, átomos y organismos, o a través de estructuras conceptuales como el lenguaje, las matemáticas y el arte.

Se trata de un debate sigue activo, ya que muchos campos de investigación, como las ciencias sociales y la física cuántica, están borrosos cuando intentan separar estos dos enfoques. Un ejemplo claro es la teoría de juegos de John Nash, que no solo describe la interacción estratégica, sino que también influye en cómo se desarrollan esas interacciones.

Este enfoque dual está cambiando la forma en que comprendemos la naturaleza de la realidad. Los investigadores están comenzando a ver que no solo se trata de observar el mundo físico y describirlo, sino que nuestras descripciones también afectan el mundo que observamos. El resultado es un ciclo en el que cada aspecto de la realidad alimenta al otro.

El Ouroboros de la realidad

La teoría del Ouroboros presenta la realidad como una estructura circular en la que cualquier punto puede ser el punto de partida. Dependiendo de la disciplina, los investigadores pueden comenzar su análisis en la biología, la matemática o la física, pero todos inevitablemente terminan cerrando el ciclo en algún momento.

Por ejemplo, los materialistas biológicos comienzan con el estudio de la neurobiología para luego explorar cómo esta afecta el desarrollo de la mente, lo que a su vez produce las matemáticas y la física, cerrando el ciclo de vuelta en la biología.

Este enfoque cíclico está generando nuevas preguntas: ¿Es la realidad una creación de nuestras mentes o es la mente un producto de la realidad física? Estas son cuestiones que los científicos tendrán que explorar con más profundidad en las próximas décadas.

Uno de los principales retos de esta nueva visión de la realidad es que pone en duda nuestras nociones más básicas sobre lo que es "real". (Imagen: archivo)

Desafíos y perspectivas futuras

Uno de los principales retos de esta nueva visión de la realidad es que pone en duda nuestras nociones más básicas sobre lo que es "real". A medida que los científicos profundizan en áreas como la teoría de la simulación o la interpretación de los muchos mundos en la física cuántica, se vuelve cada vez más difícil discernir entre lo que es una descripción de la realidad y lo que realmente es la realidad en sí. Estos dilemas no son solo filosóficos; tienen implicaciones prácticas para la física, la biología y hasta la economía.

La teoría del Ouroboros también pone de relieve cómo los avances en un campo pueden repercutir en otros. Por ejemplo, los descubrimientos en neurociencia sobre cómo el cerebro procesa la información pueden tener consecuencias en la forma en que desarrollamos nuevos enfoques matemáticos o en cómo diseñamos modelos económicos que predigan comportamientos complejos.

Este enfoque cíclico y recursivo promete tener un impacto profundo en cómo concebimos el mundo a lo largo del siglo XXI.