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En plena era digital, los cajeros automáticos siguen siendo una herramienta fundamental para quienes manejan efectivo a diario. Pero como toda tecnología, no son infalibles. La Guardia Civil ha lanzado una advertencia importante a través de su cuenta oficial en la red social X.

Según sus consejos, si el cajero automático no te da el dinero, el primer paso es decisivo. No se trata solo de molestia: si no sabes cómo actuar, podrías perder tu dinero.

¿Qué hacer si el cajero no entrega el dinero?

Según los agentes de la Guardia Civil, la reacción inmediata ante un fallo del cajero puede evitar un disgusto mayor. El principal consejo es no abandonar el cajero en cuanto veas que los billetes no salen. Es posible que el sistema necesite unos segundos más para finalizar la operación. Irse antes de tiempo puede significar dejar el dinero expuesto para que lo recoja otro usuario.

La institución advierte que, en muchos casos, el fallo no implica que la operación no se haya registrado. A veces, el sistema la da por completada aunque no hayas recibido el efectivo.

Consejos clave de la Guardia Civil para no perder tu dinero

Frente a este tipo de situaciones, estas son las recomendaciones oficiales que conviene tener muy presentes:

  • No te alejes del cajero inmediatamente, incluso si no ves salir los billetes. Podrían tardar unos segundos.

  • Revisa bien la ranura del dispensador. A veces los billetes se quedan atascados o a medio salir.

  • Apunta el lugar, hora y mensajes en pantalla. Cuanta más información tengas, más fácil será reclamar.

  • Contacta lo antes posible con tu entidad bancaria. Ellos pueden verificar el estado de la operación y activar una reclamación.

  • No pierdas la calma. Actuar con serenidad te permitirá tomar las decisiones correctas en el momento.

¿Por qué ocurren estos errores en los cajeros automáticos?

Como recordaron desde la Guardia Civil, los cajeros automáticos no están libres de fallos técnicos. Una desconexión momentánea, un atasco en el dispensador o un problema con el servidor pueden provocar que el sistema registre la retirada, aunque el usuario no llegue a recibir el efectivo.

La clave está en estar atentos y ser proactivos. No basta con confiar en que el banco detectará el error por sí solo. Informar cuanto antes, de forma clara y detallada, acelera el proceso y mejora las posibilidades de recuperar el importe.