El empresario catalán José Elías, presidente de Audax Renovables y una de las grandes fortunas de España, ha lanzado una dura advertencia sobre la productividad y el modelo económico del país.
A través de su cuenta de X (@jose_elias_nvr), Elías manifestó que España ha perdido su base industrial y su capacidad tecnológica, lo que la deja en una posición de dependencia frente al exterior.
En ese diagnóstico, el empresario sostiene que el país pasó de contar con fábricas, grandes constructoras y capacidad consultiva propia a apoyarse casi exclusivamente en sectores de bajo valor añadido.
“Ahora solo nos queda servir copas y hacer camas”, resumió, al comparar la situación española con la potencia industrial de países como China.
Un modelo económico dependiente y sin tecnología propia
Para José Elías, el principal problema es que España “vendió sus grandes fábricas” y renunció a desarrollar tecnología propia. En sus palabras, el país se ha convertido en un “precio aceptante”, una economía que depende de decisiones ajenas.
“Viene alguien de fuera, nos pone una fábrica y aceptamos encantados”, afirmó, aunque advirtió que ni la tecnología ni la propiedad son nacionales.
Según el empresario, esta situación obliga a consumir productos del exterior porque “aquí tenemos cero tecnología propia”. Esa falta de sofisticación industrial, reconoció, explica por qué el poder económico español carece de una base sólida y diversificada.
“No tiene sentido que en pleno siglo XXI nuestra economía se base en producir cerdos o en que la gente venga de vacaciones”, criticó.
Identificar productos propios como única salida
Como solución, Elías ha planteado la necesidad urgente de redefinir la estrategia productiva del país. De ese modo, remarcó que España debe volver a identificar qué bienes y servicios puede generar por sí misma si quiere sostener su crecimiento económico a largo plazo.
Asimismo, ha advertido sobre las consecuencias de no hacerlo: “Si no identificamos pronto qué productos podemos generar nosotros mismos, estamos muertos”.
Para el empresario, recuperar una base industrial y tecnológica propia no es una opción, sino una condición indispensable para el futuro económico de España.