

España vive uno de los veranos más duros en materia de incendios forestales. La combinación de altas temperaturas, fuertes rachas de viento y una vegetación seca ha convertido el territorio en un polvorín.
Desde el norte hasta el sur, el fuego amenaza viviendas, devora hectáreas de bosque y obliga a miles de personas a abandonar sus hogares para salvarse de las llamas.
En las últimas horas, los focos activos se han multiplicado y la emergencia se ha extendido por Castilla y León, Andalucía, Galicia y la Comunidad de Madrid, con un saldo que ya incluye una víctima mortal.
La magnitud de la crisis ha movilizado a todos los niveles de la Administración, desde el Gobierno central hasta los ayuntamientos, y ha implicado a UME, bomberos, Protección Civil y fuerzas de seguridad.

Uno de los focos de incendio más grande
El foco declarado este lunes en Tres Cantos (Madrid) ha sido uno de los más devastadores. En apenas 40 minutos, el fuego avanzó seis kilómetros impulsado por vientos de hasta 70 km/h. Ha arrasado cerca de 1000 hectáreas y afectado a cuatro viviendas de la urbanización Soto de Viñuelas.
El balance es trágico: un hombre falleció por quemaduras en el 98% de su cuerpo y otro vecino de 83 años permanece hospitalizado por problemas torácicos.
Cerca de 200 personas fueron evacuadas de tres urbanizaciones, y alrededor de 100 pasaron la noche en instalaciones municipales habilitadas de urgencia. La Guardia Civil investiga las causas, mientras los servicios de extinción, apoyados por medios aéreos, luchan contra zonas aún activas.
Evacuaciones masivas en varias comunidades
La situación no mejora en otras zonas del país. En Castilla y León, once incendios siguen activos, cinco de ellos de nivel de gravedad 2. En Zamora, los fuegos en Molezuelas de la Carballeda y Puercas obligaron a evacuar cuatro poblaciones enteras.
En Ourense, el incendio de Chandrexa de Queixa ya ha superado las 3000 hectáreas quemadas, más que toda la superficie afectada en Galicia durante 2024.
En Cádiz, el fuego declarado en la sierra de la Plata (Tarifa) forzó la evacuación de más de 2000 personas de playas, alojamientos turísticos y viviendas en Atlanterra.
Las autoridades andaluzas confirmaron que fue intencionado. El calor, con máximas previstas de hasta 44 °C en el Guadalquivir, y las rachas de viento siguen dificultando las labores del Plan Infoca.

Respuesta institucional y mensaje de unidad
La magnitud de la emergencia ha llevado al Ministerio del Interior a activar la fase de preemergencia del Plan Estatal General de Emergencias, reforzando la coordinación con las comunidades autónomas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó su reconocimiento a todos los profesionales implicados, desde la UME hasta los bomberos locales, y transmitió su apoyo a las familias afectadas.
El rey Felipe VI se mantiene en contacto permanente con el Ejecutivo para seguir la evolución de los incendios y ha sido informado de la gravedad de la situación en varias regiones. Por su parte, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió "altura de miras" y solidaridad con los damnificados.
Un verano negro agravado por el cambio climático
Expertos y organizaciones ecologistas alertan de que este escenario extremo se debe a la suma de factores: abundantes lluvias primaverales que generaron gran cantidad de vegetación, seguida de semanas de calor extremo que la secaron, creando combustible perfecto para el fuego.
A ello se añade la falta de gestión forestal preventiva, con ausencia de cortafuegos y limpieza de montes durante el año.
La AEMET advierte de que el riesgo extremo de incendio podría mantenerse en los próximos días, con un repunte de las temperaturas a partir del próximo jueves.
La situación, marcada por la tragedia y la pérdida de miles de hectáreas, pone a prueba no solo la capacidad de extinción, sino también el compromiso político y social frente a un fenómeno que cada año parece más difícil de contener.
Artículo escrito en parte con información de EFE















