Impresionante descubrimiento: hallan una de las pinturas rupestres más antiguas en una cueva de Cataluña
Los dibujos fueron descubiertos en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y de l'Obac (Barcelona) y ayudan a comprender mejor la escasas evidencias de arte rupestre Paleolítico europeo.
Los trabajos arqueológicos en el yacimiento de Simanya Gran, en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y de l'Obac (Barcelona), han puesto al descubierto una serie de grabados y restos de pigmentos que suponen una de las escasas evidencias de arte rupestre Paleolítico en el interior de una cueva en Cataluña.
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Los trabajos, llevados a cabo por el IPHES-CERCA y la Universitat de Barcelona, han mostrado que estas pinturas, por sus características técnicas y temáticas del conjunto, corresponden al período cultural conocido como final magdaleniense, entre 14.500 y 12.000 años.
Impresionante descubrimiento: hallan una de las pinturas rupestres más antiguas en una cueva de Cataluña
Las conclusiones de la investigación han sido publicadas en la revista científica internacional "Journal of Archaeological Science Reports", según ha informado el IPHES-CERCA en un comunicado.
El estudio lo ha liderado Míriam Salas-Altès, investigadora predoctoral FPU de la URV y del IPHES-CERCA, en el cual han participado también Marcos García-Díez, UCM; José María Vergès, IPHES-CERCA; Artur Cebrià, UB; María Soto, UAM; y Juan Ignacio Morales, IPHES-CERCA.
Desde el año 2019 se han llevado a cabo varias campañas de excavación arqueológica en diferentes puntos del Complejo Simanya (Sant Llorenç Savall), situado en el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i de l'Obac, que incluye la Cova del Triangle, Simanya Petita, Simanya Gran, Cova de la Canal, y la Cova de l'Àngel.
La Cova Simanya Gran es la más grande, con más de 300 metros de recorrido y, por su accesibilidad, ha sido una de las cavidades más visitadas de Cataluña.
Los trabajos arqueológicos en Simanya Gran se iniciaron en 2020, tras el descubrimiento de restos humanos neandertales, pertenecientes al menos a tres individuos, durante el análisis de materiales de excavaciones no reguladas de los años setenta.
Los objetivos principales de estas excavaciones eran confirmar la presencia de registros del Pleistoceno, identificar el contexto original de los restos de Neandertal y explorar el uso potencial de la cueva en diferentes períodos durante el Paleolítico.
El 20 de septiembre de 2020, durante una visita al yacimiento mientras se desarrollaba la campaña de excavación, el investigador Josep Maria Vergès observó una serie de grabados y restos de pigmento en las paredes de la galería oeste que parecían prehistóricos.
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A raíz de este descubrimiento, en 2022 se hizo una prospección visual sistemática de las paredes y techo de la cavidad para documentar nuevas evidencias gráficas prehistóricas, que terminaron por dar sus frutos.
El reducido corpus gráfico está formado por 3 representaciones que se localizan en un espacio interior de la cavidad, totalmente oscuro y a escasos metros entre sí. Una de las representaciones está formada por 14 puntos de menos de un centímetro de diámetro, pintados en pigmento rojo y formando dos líneas paralelas.
La segunda representa cuatro trazos discontinuos más o menos rectos que se cruzan entre sí y grabados a dos metros y medio del suelo actual, mientras que la tercera muestra varias líneas paralelas y próximas entre sí, coronadas por un semicírculo en la parte superior izquierda.
La última figura grabada encaja con los signos claviformes típicos del arte Paleolítico europeo. Aunque el conjunto documentado es bastante reducido, el simple hecho de haberse localizado es muy relevante.
"A pesar de la abundancia de yacimientos pertenecientes al final Paleolítico superior, las evidencias de comportamiento simbólico, especialmente arte parietal, son realmente escasas", comenta Míriam Salas-Altès, autora principal del trabajo.
Además, "el estudio del arte paleolítico permite poner en relación las tradiciones culturales, la movilidad y la interacción de los grupos humanos", añade.
Por tanto, a pesar de que se trata de un conjunto de arte bastante reducido, su estudio ha evidenciado los vínculos simbólicos y socio-culturales de larga distancia entre Simanya y varios yacimientos de la cornisa cantábrica y de Francia. El descubrimiento pone de relieve el papel que tendrá en los próximos años la investigación del arte paleolítico en la vertiente mediterránea.
Fuente: EFE