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Una nueva investigación arqueológica, difundida por el Parque Arqueológico de Pompeya muestra que la vida continuó en la zona mucho después de la erupción que la sepultó. De ese modo, revelan vestigios de asentamientos precarios olvidados durante siglos.

En ese sentido, han demostrado que Pompeya fue reocupada tras la devastadora erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Los supervivientes, muchos sin otra opción para reconstruir sus vidas, regresaron a la ciudad en busca de refugio y objetos de valor entre las ruinas.

Esta reocupación no fue ordenada ni planificada: se trató de un asentamiento precario que se prolongó hasta el siglo V d.C., cuando la zona quedó finalmente abandonada.

Los datos recientes surgen de los trabajos de restauración y consolidación de la Insula Meridionalis, que confirman hipótesis previamente postuladas: los habitantes reconstruyeron su vida sobre los pisos superiores de los edificios, mientras las plantas bajas se convirtieron en chozas, hornos y molinos improvisados.

Pompeya: los nuevos hallazgos en la Insula Meridionalis

Las excavaciones recientes en la Insula Meridionalis han sacado a la luz evidencias de vida posterior al 79 d.C. Se han identificado estructuras adaptadas, hogares improvisados y herramientas de uso cotidiano que confirman la ocupación estable en pisos superiores.

Según Gabriel Zuchtriegel, director del sitio y coautor del artículo, "la trascendental erupción de la ciudad en el año 79 d.C. ha monopolizado nuestra memoria. En medio del entusiasmo por alcanzar los niveles del 79, con frescos y mobiliario notablemente bien conservados, los fugaces rastros de la reocupación del sitio fueron literalmente eliminados, a menudo barridos sin dejar constancia. Gracias a las nuevas excavaciones, el panorama se vuelve cada vez más claro: la Pompeya posterior al 79 comienza a resurgir".

En ese contexto, la evidencia sugiere que Pompeya no volvió a ser la ciudad bulliciosa que era, sino un asentamiento gris y precario, que duró hasta la Antigüedad Tardía.

Hallazgo en Pompeya: cómo era la vida antes de la erupción

Antes de la catástrofe, Pompeya albergaba aproximadamente 20.000 habitantes y contaba con una infraestructura urbana sofisticada, con calles pavimentadas, viviendas de varios pisos y comercio activo. Sin embargo, la erupción devastó el centro de la ciudad y provocó la muerte de un porcentaje significativo de la población.

Muchos de los supervivientes no pudieron abandonar la zona, lo que explica por qué regresaron a un lugar que, aunque arruinado, ofrecía recursos y un lugar donde vivir. La vegetación comenzó a reaparecer y la ciudad adquirió un aspecto de campamento temporal entre las ruinas.

Hallazgo en Pompeya: por qué es importante conocer esto

Descubrir que Pompeya fue reocupada tiene implicancias históricas y arqueológicas significativas, estas son:

  • Permite reconstruir la vida cotidiana de los supervivientes tras la erupción.

  • Muestra cómo los seres humanos pueden adaptarse y reconstruir sus vidas en situaciones extremas.

  • Corrige la visión tradicional de Pompeya como una ciudad completamente abandonada tras 79 d.C.

A su vez, este hallazgo ofrece un panorama más completo de la historia de Pompeya, mostrando que la ciudad no desapareció de inmediato, sino que continuó siendo un lugar habitado, aunque en condiciones muy diferentes.